Jonathan Moya, enviado a la prisión de Albolote por motivos de seguridad

Jonathan Moya, enviado a la prisión de Albolote por motivos de seguridad

Javier Pajarón
22:52 • 01 mar. 2013

Jonathan Moya González y Raúl Ríos Fortes, los dos jóvenes acusados del secuestro y la muerte de la niña onubense en Abrucena en el mes de diciembre, están ya fuera de Almería. Instituciones Penitenciarias trasladó el pasado miércoles a los dos imputados por el crimen de Míriam (el segundo como encubridor) a la prisión granadina de Albolote, según informan fuentes cercanas al caso.



La decisión responde estrictamente a cuestiones de seguridad y es un procedimiento muy común en el sistema penitenciario, aunque dificulta los contactos con su letrado, el conocido penalista almeriense José Ramón Cantalejo.
Desde su detención a manos de la Guardia Civil el 27 de diciembre, Moya y Ríos permanecían en un régimen especial de protección en la prisión que limitaba su contacto con el resto de la población reclusa. El objetivo era evitar posibles agresiones de otros internos movidos por el rechazo a la muerte de una niña (Míriam tenía sólo 16 meses). Y el plan de seguridad funcionó. En dos meses no ha habido ningún incidente en el cárcel de Almería.


Agenda





El traslado se produjo justo después de que Jonathan Moya, de 25 años de edad, conociera su última sentencia por estafa. El mismo miércoles el magistrado Luis Miguel Columna, titular del Juzgado de lo Penal número Uno de Almería, comunicó a Moya una condena a dos años y medio de internamiento. Es la segunda en diez días.


Por otra parte, según la agenda de señalamientos prevista, el principal imputado por el crimen de Abrucena regresará a Almería, al menos, el próximo 3 de abril para un nuevo juicio por estafa y apropiación indebida.
No obstante, el Juzgado de Instrucción número Dos de Almería, encargado de la investigación del crimen de la pequeña de La Palma del Condado (Huelva), no descarta realizar nuevas pruebas. De hecho, desde el arresto en Abrucena se ha especulado con la posibilidad de realizar una reconstrucción de los hechos que llevaría a Jonathan Moya al entorno de cortijos y balsas cercano a Fiñana, donde se descubrió el cadáver de la niña tras una semana desaparecida.





En este periodo Moya ha participado en tres pruebas de ADN, según indica su abogado, para cotejarlo con las muestras conseguidas en el análisis forense de la menor y en objetos recuperados durante la investigación. La última visita a la Ciudad de la Justicia se produjo el 15 de febrero.





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