Gema Cuerda niega cualquier implicación en el rapto y se presta a pruebas de ADN

Gema Cuerda mantiene la espina dorsal de su testimonio y, cuatro meses después, volvió a incriminar a Jonathan Moya en el secuestro y asesinato de su hija, la pequeña Míriam de 16 meses.   La mujer declaró como testigo ante el magistrado Jesús Hernández durante casi dos horas y ratificó la versión prestada ante la Guardia Civil que constituye, hoy por hoy, prueba de cargo contra el presunto asesino. “Es difícil encontrar en un relato de hechos con tantos detalles tantas coincidencias entre la declaración prestada ante la Guardia Civil y la ofrecida ante el juez”, destacó el abogado de la familia, Antonio Revuelta.

Cuerda llegó y salió de los juzgados sin atender a los muchos medios de comunicación congregados en la Ciudad de la Justicia de Almer´´ia. Sin embargo, se mostró “rotunda” en su testimonio en la sala y negó las acusaciones de Moya que apuntaban a “cierto grado de conocimiento” de la madre en el suceso, en un plan para vender a la niña a terceros. “Es una versión completamente fantástica que no vamos a alimentar”,  afirmó Antonio Revuelta.

Además, la madre de Míriam se prestó voluntariamente a la toma de muestras para las pruebas de ADN. El Instituto de Toxicología de Sevilla cotejará los resultados obtenidos con los trazos de ADN hallados en un pijama de la niña y pertenecientes a “una persona no identificada”. A esas mismas pruebas se sometió Consolación M., tía de Jonathan Moya imputada por encubrimiento. Ésta ha negado cualquier contacto físico con la niña onubense asesinada en Fiñana entre el 20 y el 22 de diciembre.

Frente al testimonio de Gema Cuerda, los argumentos de la defensa. El penalista José Ramón Cantalejo aseguró ayer que “Cuerda ha incurrido en diversas contradicciones”. Entre ellas estaría una supuesta violación de Moya que, en una segunda declaración, se habría convertido en “relaciones consentidas”. “No ha sabido decir si alguien abrazó o cambió los pañales a la niña”, añadió el letrado en relación a las muestras de ADN “desconocido”.

La tía, presunta encubridora

Consolación M. declaró ayer en el Juzgado de Instrucción número Dos de Almería imputada por encubrimiento en el crimen de Fiñana. La mujer es tía de Jonathan Moya y estuvo asistida por el letrado Miguel Ángel Torres. Según explicó el abogado, “prácticamente toda la familia está enfrentada al acusado” y fue éste quien vinculó a Consolación M. en el suceso por “rencores familiares”.

El joven aseguró al instructor que su tía tenía conocimiento de los hechos y llegó a entrar en contacto con la menor durante el periodo del secuestro, entre el 20 y el 27 de diciembre de 2012; sin embargo, la mujer lo negó rotundamente. “Ha sido muy convincente en su declaración y creo que el juez ha tomado nota de esa convicción. Más temprano que tarde saldremos de este procedimiento”, subrayó Torres.

"No tiene nombre"

Gema Cuerda llegó a los juzgados acompañada por la jefa del Emume de la Guardia Civil de Almería y apoyada por miembros de su familia. Su madre, Concepción Rodríguez, pidió justicia en la muerte de la pequeña Míriam y se declaró indignada con las acusaciones lanzadas por Jonathan Moya sobre un supuesto plan urdido en connivencia con la madre.

“No sé de dónde se ha sacado esta nueva versión, el juez sabrá ver que se lo ha inventado todo”, aseguró en la Ciudad de la Justicia de Almería. “Gema está muy mal, muy mal, esto la está dañando psicológicamente, pero en el fondo está tranquila porque sabe cómo fueron los hechos. Ella sabe cómo tiene que defender la muerte de su hija”.
 

Según confirmó Concepción Rodríguez, el presunto asesino pasó unos días en Huelva junto a la familia de la niña antes del crimen. Usó un nombre falso y no levantó sospechas sobre sus intenciones. “Era una persona normal, tuvimos una convivencia normal y no le pudimos ‘coger un pelo’ de nada; luego nos enteramos de quién era cuando le quitó a la niña”, expuso esta vecina de la Palma del Condado. “Lo que hizo no tiene nombre”.

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