Aquella regla no escrita por la cual la provincia de Almería funcionaba, a nivel de empleo, justo al revés que el resto de Andalucía y de España, vuelve a reproducirse en el último mes de julio, un periodo en el que en la región y el país se registra una mejora general del empleo, pero no así en Almería, donde ha aumentado el desempleo de forma notable.
La razón de esa tendencia hay que buscarla esencialmente en la agricultura intensiva, fuente de riqueza y de empleo para la provincia. Sin embargo, el hecho de producir cuando nadie lo hace condiciona mucho el mercado de trabajo. Los meses invernales son de intensa actividad en el sector agrario, mientras que el verano supone un descanso, precisamente porque el resto del país produce entonces.
La cuestión es que este año la campaña en el sector hortofrutícola almeriense se ha prolongado más allá de las fechas que eran habituales. Años atrás el mes de junio suponía en la práctica la paralización de la actividad, pero en los últimos años, y sobre todo en el actual, la producción se ha mantenido hasta julio.
Si en años pasados los datos del paro en el mes de junio reflejaban ya un incremento del desempleo vinculado con la agricultura, esta campaña ese final de temporada se ha trasladado al mes de julio. Ese hecho ha supuesto que los mayores crecimientos en el número de parados se hayan dado en la agricultura y en el sector servicios, al que están adscritos los almacenes de manipulado de hortalizas.
La provincia registró en el mes de julio 1.154 parados más, una cifra alimentada por los 1.119 desempleados más en el sector servicios (básicamente el sector del manipulado) y los 145 más que aporta la agricultura propiamente dicha.
La compensación llegaba de la mano de uno de los sectores más castigados en estos últimos años por la crisis, el de la construcción, que en los últimos meses parece levantar cabeza y que despidió julio con 162 parados menos.
Almería sumaba al cerrar el pasado mes un total de 81.920 personas en paro, un incremento del 1,43 por ciento sobre el mes anterior.
La construcción no se para en agosto y rompe una tradición histórica Tradicionalmente el sector de la construcción ha parado casi toda su actividad en el mes de agosto. Existe desde hace muchos años un acuerdo tácito para ralentizar el ritmo de trabajo y, de hecho, sólo se acometían aquellas obras consideradas urgentes.
Esas ‘vacaciones de agosto’ no se producirán sin embargo este año; los sindicatos y las empresas de la construcción no se han puesto de acuerdo para establecer unas reglas que salvaguarden a los obreros del intenso calor que se registra durante el día y, en consecuencia, el sector no parará este mes sus faenas.
Esos acuerdos históricos recogían la obligatoriedad de, al menos, no desarrollar trabajos en las horas de mayor exposición a la radicación solar en el mes de agosto. Al no producirse, la decisión corresponde a cada una de las empresas de manera particular.
Almería se desmarca de esta forma de la regla que se sigue a nivel regional ya que en el resto de las provincias andaluzas se mantiene en vigor ese acuerdo, una situación de agravio que ha irritado a los representantes de los trabajadores de este sector.
La construcción está viviendo en los últimos meses un ligero pero notorio incremento en sus niveles de actividad, sobre todo comparado con lo sucedido en los cinco últimos años, cuando la crisis ha golpeado especialmente a esta actividad.
Los sindicatos defienden que la medida de no trabajar en el mes de agosto, o hacerlo en horas que no coincidan con las de máxima exposición, suponía un doble beneficio para los trabajadores: por una parte porque les permite disfrutar de vacaciones; por otra porque evita el riesgo para la salud que supone trabajar con temperaturas extremas.
Los empresarios por su parte han dado libertad a las empresas para que adopten las decisiones que mejor se ajusten a sus necesidades: La coyuntura actual es especialmente difícil para un sector que ha sufrido con intesidad las consecuencias de una crisis económica que si bien ha golpeado al conjunto de la economía, ha sido más intensa para la actividad de construcción, compra y venta de viviendas.
Los sindicatos reconocen que un número destacado de empresas están siguiendo, por decisión propia, la regla de no trabajar en el mes de agosto, pero no se trata de una medida generalizada, en cualquier caso, ni regulada por los acuerdos entre la patronal y los representantes de los trabajadores.
La situación actual en el sector de la construcción apunta a una ligera recuperación con respecto a los cinco últimos años, recuperación que es visible en un incremento en un 7 por ciento de las ventas de viviendas de nueva construcción, o en el crecimiento de las hipotecas concedidas.
El otro síntoma de esa ligera recuperación es el crecimiento del empleo que en el pasado mes de julio supuso un descenso del número de desempleados en162 personas, consolidando de esta forma una mejora en el empleo que se lleva produciendo desde el inicio del presente año.
La contratación se está produciendo fundamentalmente en la promoción privada de viviendas puesto que en el caso de las licitaciones de obras públicas se vuelve a registrar un descenso en los niveles de actividad este año.
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