Almería se encontraba aún entonces descorchando la propina del 2005 y con la borrachera de cemento en plena efervescencia; se habían empezado a oir los ecos de las hipotecas subprime, pero a la Puerta Purchena llegaban aún con sordina.
Cuando se vio que realmente la crisis llegaba a las despensas almeriense fue a partir de octubre de 2008, hace ahora cinco años, a raiz del mazazo del santuario financiero de Lehman Brothers. “Ahí es cuando nos dimos cuenta que la cosa iba en serio, la gente enseguida se volvió conservadora a la hora de invertir”, rememora el asesor de Renta 4 en Almería, Francisco Gómez-Angulo.
Punto de inflexión Los primeros datos del punto de inflexión no se hicieron esperar: empezó a caer el consumo de cemento, las viviendas visadas, la ocupación hotelera y las matriculaciones. En 2008, la tasa de paro almeriense era del 10% y ahora se acerca al 30%. Antes de Lehman, por la provincia transitaban 31.000 personas sin empleo y ahora se encuentran en esta situación más de 100.000 almas.
Almería era una bala entonces, con los invernaderos, el mármol y la ocupación turística a pleno rendimiento. Cualquier pueblo que se preciase guardaba en el arca de la alianza un gran convenio para hacer un residencial turístico. Aparecían en letras de molde proyectos de nuevo cuño entonces como Ballabona Golf, Bahía de San Miguel o Sorbas Canyon.
Almería se salía de sus costuras con el sol y la playa de toda la vida más el brillo del ladrillo. Por eso aparecieron por estos lares los primeros espadas entonces de las promociones inmobiliarias, gente como los Jove, Fernando Martín de Fadesa, briosas promotoras locales como Obrascampo o Almer-Invest.
Había crédito en los bancos, no se había descubierto aún basura en las hipotecas y los agricultores se quedaban boquiabiertos preguntándose si no estarían perdiendo el tiempo cultivando présules. Alguno de ellos dio el salto del invernadero a la edificación y aún lo siguen pagando.
Hace un lustro, Almería era la misma que ahora, el Paseo sigue estando en el mismo sitio y Salmerón sigue caminando por la Puerta Purchena, Pero esa alegría trasnochada se desvaneció como las burbujas del champán.
En esa época, en las páginas de este periódico Kayros ya comparaba esa incipiente crisis con la de la guerra fría y se informaba de que crecía el número vehículos de alta gama de segunda mano puestos a la venta.
Hábitos agrícolas También los agricultores empezaron a cambiar sus hábitos, a adelantar la siembra para no ver sucumbir los precios. La mayor enseñanza de esta crisis para el campo almeriense es que ha sabido hacer frente a la caída del consumo local con un incremento de exportaciones que llegan ya al 80%.
El Instituto de Estudios de Cajamar vaticinaba “la salida del túnel” para finales de 2009. Lo mismo se dijo en 2010 y 2011.
Lo cierto es que los almerienses que vieron desmoronarse una tarde de hace cinco años a Lehman en el telediario nunca creyeron que la cosa también iba con ellos.
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