El descenso de la gamba roja de Garrucha llega hasta el Congreso de los Diputados

El PSOE de Almería ha instado al Gobierno central a que señale qué datos maneja sobre el "preocupante descenso" de gamba roja que tanto pescadores como biólogos han detectado en el caladero de La Garrucha, frente a las costas de la localidad del levante provincial, y que ha afectado "al menos a nueve embarcaciones".

Descenso  Así lo ha señalado la diputada nacional socialista Consuelo Rumí, quien ha registrado la pregunta ante la Mesa del Congreso de los Diputados en un escrito consultado por Europa Press en el que se interesa también por conocer la información que maneja el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente sobre la presunta desaparición de este crustáceo. La diputada, que solicita respuesta por escrito, apunta la alerta desatada entre el sector pesquero y la comunidad científica en relación a la base de los datos del Sistema de Información Andaluz de Comercialización y Producción Pesquera, dependiente de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, que refleja un descenso en la pesca de este ejemplar. En concreto, según los datos recogidos por Europa Press, esta base de datos señala que mientras que en el mes de julio de este año se capturaron en las costas andaluzas 26.163,25 kilos de gamba roja, que cotizó a un precio medio de 24,14 euros el kilo; en septiembre solo se consiguieron 6.794,25 kilos, que se vendieron a un precio medio de 28,09 euros el kilo.
Con estos datos, la diputada socialista pregunta también al Ministerio sobre qué medidas tiene previsto adoptar para "paliarla situación de la flota dedicada a su captura" en aguas almerienses, en caso de que constate este descenso en la pesca.

Preocupación La desaparición de la gamba roja de las costas garrucheras está siendo vivida por los pescadores con una  gran preocupación. Desde hace más de dos meses, los escasos barcos de arrastre que faenan en los caladeros de este municipio llegan a puerto con tan sólo “tres o cuatro ejemplares”. Incluso, en más de una ocasión, los barcos han regresado tal y como se echaron a la mar: sin ningún ejemplar de la afamada gamba roja. En declaraciones a LA VOZ DE ALMERIA, los patrones de los barcos expresaban que “nunca antes habíamos visto esto. Ha habido malas rachas de pillar cinco o seis kilos pero nunca que la gamba roja hubiera desaparecido por completo de la noche a la mañana”.

Enigma El lecho marino a 350 y 400 brazas de profundidad, donde se pesca este contizado crustáceo, continúa siendo un auténtico misterio.  No solo para los pescadores, si no también para los biólogos marinos. Nadie ha ofrecido explicación alguna sobre el enigma de la desaparición de la gamba roja.  Ahora, tras la interpelación de los socialistas almerienses en el Congreso de los Diputados, tendrá que hablar el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y exponer cuales son los datos que maneja y, sobre todo, una vez aclarada la situación real del caldero, determinar las medidas que propondrá para su recuperación.

Gravedad Esta situación está provocando una gran trastorno no solo en el sector pesquero del municipio sino que está arrastrando a estos sectores como el hostelero. Y es que los gastos diarios de gasoil de una embarcación superan los 600 y 700 euros, por lo que no resulta rentable salir a faenar con este nivel tan bajo de capturas de marisco. Además, los restaurantes, bares y chiringuitos del municipio dejan de ofertar su producto estrella, con lo que eso determina a sus resultados económicos.  La afectación de dos de los grandes‘motores’ de la economía de Garrucha: la pesca y la hostelería, está trastocando de forma negativa a toda la economía de la localidad.

Causa De momento, y hasta que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente informe sobre este ‘enigma’, se desconoce de forma oficial cuales son las causas de la desaparación de la gamba roja de Garrucha. Las hipótesis van desde una posible sobrepesca de este marisco hasta las condiciones climáticas. Y es que un estudio científico del CSIC ha señalado que la clave está en las cascadas submarinas. Cuando hay un invierno frío, las larvas descienden más profundamente, donde no llegan las redes.