Los parques con juegos infantiles o biosaludables llegan al centenar

La necesidad de atender el gran crecimiento de población que ha vivido Roquetas en los últimos años ha multiplicado el trabajo en el Área de Parques y Jardines del Ayuntamiento, dirigida por la concejal Francisca Ruano. Hace una semana se conocía el proyecto del nuevo parque que se instalará en el actual campo de Los Bajos mientras se espera que pronto salgan a licitación las zonas verdes de Las Colinas, en el norte de Aguadulce, y La Fabriquilla, en El Parador. Los juegos infantiles y las instalaciones de aparatos biosaludables para el ejercicio de los mayores se sumarán a la lista de instalaciones con las que cuenta el municipio, que llegan ya al centenar. 

La mayoría de ellas pertenecen a la categoría de columpios en pequeños parques, salpicados por el municipio. Sin embargo, existen también hasta catorce áreas de juegos infantiles a lo largo de las distintas playas de la costa. 

La Concejalía de Parques contabiliza asimismo seis instalaciones de zonas de juegos biosaludables: dos en el Paseo Marítimo de La Romanilla, otro en el parque municipal Andrés Segovia de Aguadulce, en el Puerto de Roquetas junto al Club Náutico, en la nueva Rambla de las Hortichuelas y en la calle Comunidad Andaluza, en el barrio Cortijos de Marín.

Algunos de ellos concentran a docenas de familias diariamente, y cuentan con juegos que suscitan el especial interés de los pequeños, como es el caso de la zona infantil en la Avenida de Los Baños o el parque de reciente construcción a la entrada en Playa Serena. Otros, sin embargo se encuentran vacíos, por la falta de sombra del entorno, como ocurre con los juegos en la Rambla de las Hortichuelas, para los que Izquierda Unida ya ha propuesto que se lleven a otras zonas más necesitadas. El edil de IU Juan Pablo Yakubiuk pedía precisamente ayer que se apueste “por la mejora de los parques ya existentes en las barriadas” en lugar de centralizar la inversión en grandes zonas nuevas.

Sin desplazamiento

“La principal ventaja de apostar por los parques de barrio es su cercanía con los vecinos que no pueden desplazarse a otras zonas.  Hablamos de actuaciones de bajo coste pero que necesitan de la implicación de los políticos municipales, de los técnicos pero, sobre todo, de los vecinos”, decía Yakubiuk y describía la necesidad de “zonas de sombra con árboles, bancos, mesas para juegos, pequeños surtidores de agua, juegos infantiles sencillos; pequeñas pistas con una canasta y portería conforman un equipamiento básico, flexibles y asumible por las arcas locales”.