En tiempos de reformas judiciales constantes y un intenso debate sobre la pertinencia de la colegiación profesional, el Colegio de Abogados de Almería afronta el futuro de la institución con la mirada puesta en la experiencia de sus componentes más ilustres.
Un abarrotado salón de actos acogió el mediodía de ayer la imposición de condecoraciones del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE) a José Arturo Pérez, José Fernández Revuelta, Federico Soria y Francisco Javier Mejía (a título póstumo). “Los cuatro son excelentes abogados y presentan al colectivo en sus distintas fases de ejercicio profesional”, señaló el decano del Colegio de Almería, José Pascual Pozo, en la introducción de las credenciales de los premiados.
Condecorados José Arturo Pérez fue decano del colectivo en Almería y es una de sus figuras más relevantes. En 2002 se convirtió en miembro del Consejo General de la Abogacía Española y ayer recibió la Gran Cruz al Mérito en el Servicio a la Abogacía por su brillante trayectoria. “Para mí no ha tenido mérito, la abogacía ha sido mi vida, me ha dado mucho”.
José Fernández Revuelta lleva más de 50 años de ejercicio, aunque siempre compatibilizó su amor por el Derecho con la política y la literatura. Pozo lo presentó como “un hombre del Renacimiento”. Fue presidente de la Diputación Provincial al inicio de la democracia (1979-1983) y uno de los impulsores de la actual universidad. “Me siento realmente emocionado y orgulloso del ejercicio profesional. Este es un homenaje a una profesión que se ha definido siempre por la defensa de la verdad”, señaló en su discurso. Recibió ayer la Medalla al Mérito en el Servicio a la Abogacía.
El mismo reconocimiento recayó en Federico Soria Bonilla. Letrado desde 1977, es figura clave del Colegio de Abogados de Almería, donde ocupó cargos de responsabilidad durante casi tres lustros. Es padre del actual secretario del colegio, Lucas Soria. “Que la rutina no se instale en nuestros corazones, afectos y trabajos (...) contagiemos nuestro entusiasmo”, animó a sus compañeros durante su intervención.
El cuarto de los condecorados por el CGAE es Francisco Javier Mejía. El letrado falleció de un infarto cuando tenía la palabra en una vista en la Ciudad de la Justicia en 2012. Su viuda Isabel Marín y sus dos hijos recogieron la Medalla al Mérito entre un caluroso aplauso de los asistentes al acto de Santa Teresa.
Por otra parte, la festividad de la abogacía sirvió igualmente para acoger el acto de entrega del premio Decano Rogelio Pérez Burgos al mejor expediente de una alumna almeriense de la Facultad de Derecho. Ana Zea Gay y sus 19 matrículas de honor se llevaron el galardón.
También se realizó la jura o promesa de nuevos colegiados y el tradicional reconocimiento a los letrados con 25 y 50 años de ejercicio profesional y colegiación en Almería.
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