La asociación Proyecto Hombre Almería ha duplicado en un año el número de personas atendidas entre los programas de prevención de la drogadicción y los dirigidos al tratamiento propiamente dicho. En total, 1.204 personas entraron en contacto con la entidad en 2012 tal y como se desprende de la memoria presentada ayer.
Sólo las actuaciones dirigidas a la prevención llegaron a 612 personas, muchas en centros educativos de la provincia, ha reconocido la responsable de Alba-Proyecto Hombre, Ana Mazón, que ha destacado cómo en este 2013 también se ha hecho especial hincapié en las acciones preventivas.
Inicio del consumo No en vano, se ha confirmado que el inicio de los consumos se sitúa en edades más tempranas: 14 años para el alcohol, 15 para el cannabis y 22 para la cocaína.
Por lo que se refiere al perfil de la persona usuaria de alguno de los programas de tratamiento para superar la adicción (592 en 2012), es el de un varón, de entre 31 y 40 años, en situación de desempleo pero que ha trabajado antes en un 43% de los casos. Así lo ha confirmado el trabajador social Jesús Soria, que ha expuesto también que este tipo de usuario acostumbra a tener estudios medios (EGB, ESO o FP) y una historia breve de consumo (generalmente cocaína y alcohol), además de dificultades para asumir la responsabilidad en diferentes aspectos de su vida (problemas familiares, laborales, falta de hábitos saludables, baja tolerancia a la frustración, autoestima dañada y falta de asertividad).
Por lo que se refiere a los tipos de adicción, Soria ha señalado que la cocaína es la sustancia más habitual en más de un 37% de los casos, seguida del cannabis (casi un 32%) y el alcohol (21%).
Se da la circunstancia de que más de un 4% de las adicciones son ya al juego patológico y casi el 3% son adicciones sin sustancia como, por ejemplo, la vigorexia (preocupación excesiva por el físico).
Adicciones en jóvenes En cuanto a los usuarios más jóvenes, Proyecto Hombre ha detectado algunos cambios en el tipo de adicción. En su caso, nueve de cada diez adictos lo son al cannabis. Un 6 por ciento lo es a adiciones sin sustancia y un 3 por ciento a la cocaína.
Destaca también el perfil de los jóvenes atendidos, de entre 14 y 21 años, con problemas de comportamiento en las diferentes áreas: bajo rendimiento escolar, inadecuada o nula comunicación con su familia, ausentarse de clase, falta de metas u objetivos realistas, red social de consumidores, falta de estructura en su tiempo libre y actividades de ocio, autoestima muy baja, con sentimiento de fracaso y mucho resentimiento hacia sus padres, carencia de hábitos de vida saludables.
En el caso concreto de los jóvenes, sus familias “suelen presentar un estilo educativo marcado por límites pocos claros en casa o sin límites, disciplina rígida o ambigua, la comunicación con el joven se basa en regañar o echarle en cara las cosas que hace mal, no hay valoraciones, ni expresiones de afecto, padres y madres con sentimiento de culpa y fracaso”, ha recordado Ana Mazón.
La familia, el pilar Tanto en el caso de los adultos como en el de los jóvenes, es “fundamental la familia, ya que es la que suele dar el paso para pedir ayuda”, han señalado durante la presentación de la memoria que, en el salón de actos de la UNED, ha contado también con la concejal de alcaldía, Pilar Ortega, y Magdalena Cantero, representante de la delegación de Igualdad, Salud y Políticas Sociales.
Los datos aportados durante la presentación ofrecen una fisonomía muy concreta del usuario de la Asociación Alba-Proyecto Hombre Almería que no tiene por qué coincidir con las personas adictas en la provincia o la Comunidad Autónoma.
Lo que sí es común es la necesidad de la sociedad para “salir adelante”, aseguran.
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