Durante 2012, unos 4.300 inmigrantes llegaron a las costas españolas procedentes de África. Una cifra ligeramente superior a la del año que ahora acaba, en el que se ha observado cierto estancamiento, aunque con la excepción de la llegada a la península a través de Ceuta y Melilla.
En el caso de estas dos ciudades, durante 2013 se ha observado un incremento del 64 por ciento en el número de inmigrantes que han intentado cruzar el Estrecho por estos puestos fronterizos. Donde se ha notado un importante descenso es en el número de llegadas a través de Almería, un 35 por ciento menos que el año pasado, gracias a la colaboración de Argelia y Marruecos con las fuerzas de seguridad españolas. Así, el principal flujo de inmigrantes sigue llegando por Ceuta y Melilla, normalmente en embarcaciones sin seguridad en el que ponen en peligro sus vidas.
Para evitar la pérdida de vidas humanas en el mar y controlar mejor el tráfico de estupefacientes y el crimen organizado, La Guardia Civil se ha sumado hace unos días al Eurosur, el sistema europeo de vigilancia de fronteras, un método que permite avisar a las patrulleras para que intercepten estas embarcaciones y auxilien a sus tripulantes, incluso por la noche. En la actualidad, la mayor presión migratoria hacia Europa está en el sur de Italia, en concreto en Lampedusa hacia el sur de Sicilia, y en el Sur de la Península Ibérica, en la zona del Estrecho.
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