Concejales tránsfugas y ausentes complican la gestión municipal

El pleno del viernes volvió a rechazar la aprobación de dos ordenanzas que llevan meses sobre la mesa

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Marta Rubí
01:00 • 11 mar. 2014

Has pasado ya cerca de nueve meses desde que dos concejales del PP en Enix fueran retirados de sus cargos. El alcalde -también del PP- Francisco Amate, lleva desde entonces tratando de sacar adelante dos ordenanzas que sólo son apoyadas por un concejal, del Grupo Mixto, antiguo militante del PSOE y a quien el apoyo al alcalde le valió la expulsión del partido.




La última intentona fue el pasado viernes. A las 18.30 horas estaba previsto el inicio del pleno municipal. De los siete ediles, acudieron cinco: los dos en el Gobierno, los dos tránsfugas del PP y una concejal de GIE, partido independiente local formado por ex militantes del PP. Sobre la mesa, las mismas dos ordenanzas: una trasladada desde el Consorcio de Residuos sobre la depuradora, que ya ha sido aprobada en todos los ayuntamientos consorciados, salvo Enix; y un cambio en la tasa de agua que pretende evitar el desperdicio de agua en el riego. 




 Reproches “Quiere usted batir el récord de ordenanzas”, comenzaba la sesión con un reproche de la ex concejal del PP, Encarna Vicente. Sería el tono de toda la reunión. Aunque llevan varios plenos con los mismos asuntos en el orden del día, nuevas preguntas, dudas, peticiones de informes y, una vez más, los tres votos en contra de su aprobación. Hasta la próxima cita. “No me perjudican a mí, sino al pueblo”, se lamenta Francisco Amate.




El abandono del apoyo a un alcalde no es una circunstancia nueva en el pequeño municipio de la Sierra de Gádor. Hace un año y medio el mismo Ayuntamiento vivía una moción de censura al alcalde del GIE. Tras las elecciones municipales, con resultado de tres concejales para GIE, tres para PP y uno del PSOE, el socialista había dado su apoyo inesperado a los independientes y un año más tarde se arrepentía.




Inesperado porque en la legislatura anterior el PSOE había gobernado en coalición con GIAL, el partido fundado por Juan Megino, cuyo representante era Paco Amate, el mismo que en estas elecciones lideraba la candidatura del PP tras el pacto a nivel provincial entre GIAL y PP para la integración del primero en el segundo.  




 Sin estabilidad Y fue ese pacto el que motivó que los concejales del PP que en esa misma legislatura habían estado en la oposición, al no compartir la decisión de su partido de mantener a Amate como cabeza de lista, se presentaran bajo las nuevas siglas de GIE y alcanzaran los tres concejales.




Los cambios políticos no acabarían ahí. El desacuerdo del socialista con las directrices del Gobierno de GIE y la posterior moción de censura propiciaron el nuevo gobierno popular en marzo de 2012. Paco Amate, los dos concejales populares y el antiguo socialista comenzaron a trabajar en dar estabilidad a la localidad. Pero una vez más, al cumplirse un año con esta composición, volvieron los cambios. La marcha por desacuerdos de los dos populares supuso nuevos obstáculos al Ayuntamiento.




Por su parte, al ser informado de las desaveniencias por los dos ediles, el Partido Popular provincial dio su apoyo a su alcalde, quien manifiesta querer cumplir la legislatura para corresponder a la confianza que le depositaron en las urnas. Sus compañeros, en cambio, decidieron darse de baja del partido pero mantener sus actas de concejales. El Gobierno actual, compuesto así por Amate y el concejal que le dio su apoyo en la moción, continúa su marcha. 


El futuro dirá cuánto tiempo continuarán los obstáculos de un Ayuntamiento que navega en permantente marejada y que, parece, no recobrará el timón hasta las próximas elecciones.



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