Cientos de familias participaron ayer en la cacerolada organizada por el AMPA Palomar en el patio del colegio Arco Iris para protestar por la privatización del comedor. El de Aguadulce es uno de los siete centros educativos de la provincia con los que la Delegación de Educación ha decidido no renovar los convenios para la gestión del comedor sino sacar el servicio a concurso público. Y, aunque la delegada, Isabel Arévalo, ha insistido en que las AMPAs podrán presentarse, tras varias reuniones los colectivos denuncian “contradicciones” y avisan de que “con una empresa privada la calidad de la comida se resentirá ya que la adjudicataria tendrá que pagar un canon a la Junta y además velará por su beneficio económico”, según explica la presidenta del AMPA Palomar, María José Urda. Las movilizaciones continuarán y está prevista una manifestación el día 19.
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