La Casa del Molino del Perrillo se salva

La tradición popular dice que esta casa, uno de los ejemplos más representativos, sino el que más, del esplendor económico de la burguesía de Berja en el último tercio del siglo XIX, derivada de la actividad minera de Sierra de Gádor, dice que la Casa del Molino del Perrillo, que toma su nombre de una fuente que tenía adosada a uno de sus laterales en forma de can, dice que sus puertas y ventanas suman tantos días cómo tiene un año.

Situada entre el Callejón del Pardo y la Calle Agua, después de múltiples vicisitudes, han comenzado por fin las obras de rehabilitación del inmueble. Y es que se comenzó a hablar del proyecto hace más de diez años, entre el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de entonces y la Junta de Andalucía.

En 2007, recién llegado al poder el Partido Popular en el municipio, incluso llegó a presentarse un proyecto, auspiciado por la Consejería de Obras Públicas, en el que se tasaba en algo más de 600.000 euros el coste de las obras. Afectaba sólo a un tercio del edificio y, más tarde, sería desechado.

Inquilinos
Otro tema que también ha influido en la tardanza en el comienzo de las obras fue, una vez adquirida por el Ayuntamiento toda la casa, el realojo de los últimos inquilinos que, finalmente, han sido trasladados a un piso de titularidad municipal.

Va a hacer ahora un año que el alcalde Berja, Antonio Torres, firmara las últimas escrituras para la adquisición de la totalidad del Molino del Perrillo por parte del Consistorio. Ya entonces, Torres destacaba que la completa adquisición del edificio supondría “un hito en la recuperación del patrimonio de nuestra ciudad, que podrá disponer de un espacio”.

Las obras, que se realizan en una primera fase a través de Planes Provinciales de la Diputación de Almería, tienen un presupuesto de 824.000 euros (55% Ayuntamiento de Berja y 45% Diputación), están a cargo de la empresa Hispano-Almería y tienen un plazo de ejecución hasta diciembre de este año.

Las obras consistirán en el vaciado integral del edificio, manteniendo intactos la fachada y el molino que hay en los bajos de la casa, inactivo desde hace tiempo.
Tras esto, se construirá una nueva estructura que dará sustento al edificio, reintegrándose en ella los suelos, puertas y rejerías originales.

Finalizada la rehabilitación, la Casa del Molino del Perrillo se dedicará a Museo de Berja, Biblioteca Municipal y sede del Centro Virgitano de Estudios Históricos.

Construida en el año 1865 por el rico minero virgitano Gregorio Lupión Escobar, esta casa se realizó con los mejores materiales del momento: finas yeserías, escalinatas y columnas de mármol, fantasía en la forja de sus rejas, hasta las columnas eran de mármol negro de la cantera virgitana de Balsaplata.

Vistas al huerto-jardín
Desde la planta principal se accede a una amplia azotea con vista al huerto-jardín, un elemento que siempre aparece asociado a la vivienda típica virgitana.

Es uno de los primeros ejemplos locales con cubierta plana, sustituyéndose el tradicional tejado, y su color original era un rojo pálido.

Pese a ser de propiedad privada, durante muchos años cumplió con una importante faceta pública al contener un molino en su planta baja que, en los últimos años, pudo ser visitado turísticamente gracias, especialmente, a la amabilidad de sus inquilinos.