Nacido en El Ejido (1970), Ángel Acién se ha caracterizado por hacer un periodismo deportivo cercano al público. Se inició en las ondas de Radio Alborán para después dirigir ‘El Pelotazo’ y ‘Gol a Gol’ en Canal Sur Televisión. También es autor de los libros ‘Cosecha Celeste’ y ‘Relatos rojiblancos’. Destila fútbol.
Periodista siempre vinculado al fútbol, ¿qué recuerdos tienes de los partidos del Poli Ejido?
Fue el comienzo de mi carrera, el despertar de una vocación. Recuerdo el campo de tierra... Contreras y Cachito me metían en el vestuario casi como una mascota. Mi padre jugó allí y para mí era como el Madrid o el Barcelona.
Tu padre era conocido como el ‘Bobby Charlton’ de El Ejido. ¿Por qué el hijo no salió futbolista?
Mi padre era pura raza y lucha, simbolizando los valores de un equipo modesto. Yo era voluntarioso.
Fuiste uno de los organizadores del homenaje a José Luque.
Ese nombre sí que me emociona. Yo soy periodista gracias a él. Cuando tenía 15 años no tenía muy claro lo que quería ser de mayor, pero hubo un concurso de redacción en el que presenté un texto llamado ‘Un día en el invernadero’. Antonio Cantón y Manuel Acién Lirola sacaron una revista llamada ‘Poniente’ y preguntaron a José Luque si conocía a alguien que siguiera al Poli pero que cobrara poco o no cobrara (ríe). Él pensó en mí y me dieron una columnita. El día que estaba esperando en el estanco de Santo Domingo para ver cómo habían quedado mis treinta líneas, fue de nervios. Ahí empezó todo, con esas seis mil pesetas que me daban me sentía el hombre más importante del mundo. Me convertí en un capitalista del instituto: me compraba la ropa e invitaba a mi novia a fresas en Almerimar. El homenaje era una deuda que teníamos con él y agradezco mucho la colaboración de Nico Luque, Juan Callejón, Miguel Barbero, Fernández Borbalán, Emilio Villegas... Yo sabía que El Ejido no iba a fallar ante una persona que nunca dijo no.
Y llega Canal Sur...
Que es como decir “y llega Chacho Torres”. Literalmente, porque va a la Universidad Complutense de Madrid a buscarme y a hablarme de ese proyecto de Radio Televisión de Andalucía. Y lo hace gracias a otra persona fundamental, José Miguel Fernández, el mejor periodista deportivo que conocí en Almería. Chacho, además, fue el que me obligó a abandonar la comodidad de mi Almería querida para aceptar el desafío en Sevilla.
Un artículo tuyo levantó muchas ampollas en El Ejido.
Se titulaba ‘El Cortijo’ y estaba escrito por alguien que se ha criado en un cortijo, el de José ‘el Malaño’ en la Cañada de Cortés (Santo Domingo). Me costó escribirlo porque fue después de un momento de gloria ya que el Poli Ejido había conseguido la salvación tras una segunda vuelta espectacular. Yo entendía que había que mirar con perspectiva y que la actuación de los dirigentes nos condenaban al fracaso porque estaban jugando con dinero y con ilusiones que no les pertenecían. Dije lo que pensaba, que llevaban el club como los caciques de un cortijo. Resultó duro, porque la verdad duele, pero fue premonitorio. Mi tío José llevaba el artículo plastificado en la furgoneta. Yo llamé al presidente y le avisé del artículo, y no sé si casualmente o no, al día siguiente apenas había periódicos y poca gente pudo leerlo. Casi se convirtió en una leyenda urbana. Y me llamó otro tío mío para decirme que el pueblo estaba en armas contra mí y que no viniera en una temporada. Por supuesto, no le hice caso y seguí disfrutando de El Ejido y de mi Almerimar, el mejor lugar para descansar. Y la gente me paraba por la calle para felicitarme por ese artículo. Lamentablemente, el tiempo me dio la razón y aún hoy lo seguimos pagando.
Ahora corren otros tiempos para el fútbol aquí. ¿Cómo ves al C. D. El Ejido?
Yo les animo porque es un proyecto de cantera, y ese precisamente fue el gran error de la anterior etapa. Y también les digo que es fundamental recuperar el espírituo antiguo, y para ello hay que rescatar el nombre de Poli, que es lo que nos identifica a todos.
Te quiero tocar la fibra. Háblame de tu padre.
Por circunstancias personales, lo he conocido mucho por lo que me han contado. Sé que fue un visionario. Él y Serafín Alférez hicieron el primer invernadero con plástico en El Ejido. Lo habían visto en Roquetas de Mar y en Italia. Viajaron a Francia y a Canarias para buscar las semillas más avanzadas y, sobre todo, innovó en lo de explotar varias cosechas al año.
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