El Almería que todos queremos

Salir a ganar. Mirar la portería rival. Dejar al contrario sin opciones y demostrando patrón de juego para sumar en cada partido. Eso que vimos en Lugo es lo que todos queremos para el nuevo Almería. Un equipo trabajado, fresco de ideas. Fuerte en la marca y claro en ideas para atacar. Finalizando jugadas y mirando al banquillo donde tenía un jefe definido. Nada que ver con lo anterior. Eso que las pasadas temporadas veíamos al Mirandés nos enseñó el Almería de Lugo; ser equipo.

Pero nada se hizo. Lo dijo un entrenador que sabe donde trabaja. Toda la repercusión mediática que acarrea un equipo con un jeque al mando no pasa inadvertido, y esa tendencia a que pase aquí lo mismo que en Málaga nadie lo podrá evitar a efectos mediáticos: pero no lo parece porque ahora tenemos un jefe en el banquillo.

El Almería que todos queremos es ese equipo que sale al campo con humildad y señorío a partes iguales. Con Smoking y de pico y pala. Diciendo al rival que es favorito para vencer. Que sabe a lo que juega y lo que quiere es subir a Primera. Con un entrenador que maneja los partidos y con unos jugadores en el once titular que como se descuiden van a la grada directamente. Mucho nivel.

José Gomes y la dirección deportiva del Almería han subido el listón de los profesionales hasta tal punto que uno mira al banquillo y sabe a qué jugadores quitar. Uno ve a Petrovic como uno más cuando la pasada Liga parecía imprescindible para Guti. Nos hemos liberado de las vacas sagradas y ha comenzado la bonita tarea para un entrenador que nos va a subir a Primera en la medida que le dejen trabajar y le arropen.

Habrá jugadores que no pasarán el corte en los próximos partidos y tendrán que salir. Otros quedarán retratados para volar en Navidad con todo lo bueno que deja para el club y para su entrenador de cara al ascenso.

A día de hoy tenemos un once de 15 o 16 jugadores, a falta de tres fichajes top, que llegarán a última hora. Me imagino a este Almería con Darwin: en Navidad estaríamos en Primera. Nada se hizo. Pero vimos tanto en tan poco tiempo que noto a la ciudad y a la afición ilusionada. Yo era otro contando al Carrusel un partido de Lugo que parecía entre dos equipos de diferente categoría. Tengo fe.