El Sporting ha entrado en la Liga como no solía hacerlo en las últimas temporadas. Ha ganado sus tres partidos, ha marcado cuatro goles a sus rivales y Mariño no ha visto perforada su meta. Todo son buenas noticias para los seguidores de un equipo siempre llamado al ascenso y que en las últimas temporadas se ha despistado en la tarea de cumplir con todos los pronósticos. Con un delantero como Djurdjevic, que está en estado de gracia, y una plantilla donde los veteranos ilustran a los ‘yogurines’ de Mareo, parece que este puede ser el año del ascenso pero con la debida cautela que impone el míster David Gallego.
Ha llegado la hora de calibrar las aspiraciones de uno de los grandes de esta Liga en el Estadio Mediterráneo.
Examen para nota
El entrenador del Almería ha mandado un mensaje a su vestuario de: trabajo y humildad. Nada se hizo ganando en Lugo y todo está por hacer con una plantilla sin cerrar y con muchas caras nuevas que van acoplándose. Los buenos resultados ayudarán en la tarea de hacer un Almería grande, y nada mejor que enseñar a perder al líder de Segunda.
Para conseguir los objetivos pretendidos en la temporada se necesita ser fiable en casa, y a las primeras de cambio llega un examen para nota, contra un equipo que ha entrado en la competición ganando sus tres encuentros y dejando las mejores sensaciones.
En Segunda División las dinámicas suelen ser duraderas y esto debe conocerlo un José Gomes que no estuvo presente en la victoria rojiblanca frente a un Sporting que apuraba sus opciones de Play Off en el Mediterráneo, al perder con un gol de cabeza de César de la Hoz sobre la bocina. Hoy toca repetir.
Fortaleza
La pasada campaña el Mediterráneo nunca llegó a ser un seguro de puntos para el Almería. Ninguno de los entrenadores que pasaron por el banquillo consiguieron esa regularidad tan importante para ser grandes en la Liga. Hoy sin afición, el factor campo exige menos a los equipos, pero comenzando en la tercera jornada y con la temporada lanzada, nada mejor que empezar fuerte.
Referente
Los jugadores y su entrenador deben de estar contentos con la imagen mostrada en Lugo, y con la primera victoria fraguada en una idea de fútbol que ya parecía olvidada por Almería. Ir a por el partido sin importar el rival era algo muy parecido al Mirandés de Andoni Iraola, pero no al equipo de Pedro Emanuel, Guti o Mario Silva.
Todo lo bueno que el Almería ofreció en Lugo, y algo más, será necesario para romper la buena racha de un Sporting que ha entrado en la Liga superando a todos sus rivales con plena autoridad.
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