Fernando (8). Durante todo el partido fue el único futbolista de la retaguardia que dio sensación de seguridad. Dominó el juego aéreo cuando el esférico llegó a su zona de influencia y estuvo muy atento en los balones a la espalda de los centrales. Vendido en el gol.
Iván Balliu (3). Le puso muchas ganas pero se vio siempre desbordado por los rivales que entraron por su zona. En las pocas ocasiones en las que desbordó en ataque sus servicios fueron auténticas pedradas para sus compañeros.
Peybernes (3). En algunas fases del partido dio la sensación de no entender nada de lo que estaba sucediendo como integrante de una defensa, blanda y timorata.
Chumi (3). Poco, muy poco a la hora de cumplir con su misión prioritaria que era la de defender. Tanto él como sus compañeros dieron una lección de fragilidad en el juego aéreo y de falta de sentido de la anticipación lo que propició que el Logroñés creara un gran número de ocasiones de gol en Las Gaunas.
Akieme (3). Fue un claro ejemplo del excepcional trabajo de Sergio Rodríguez, técnico local. Taponó sus salidas exigiéndole al máximo en defensa. Cuando intentó salir lo hizo de forma alocada. Fue superado por cuantos rivales llegaron por su dominio.
César de la Hoz (7). Intentó sostener al equipo junto con Samú y lo logró. Este jugador es incombustible y siempre cumple. Recupero un gran número de balones y trató de hacer que sus compañeros se desplegaran en ataque sin conseguirlo.
Samú (7). No estuvo al mismo nivel que en los dos anteriores compromisos pero lo fio todo en el campo y ayudó a su desequilibrada defensa. Ante la inoperancia y desacierto de los puntas, sus intentos durmieron el sueño de los justos.
Aketxe (5). Fue el que más intentó desbordar y único que ofreció destellos de su calidad. El equipo rival le permitió engatillar. Estuvo listo en un saque de banda, pero mal acompañado.
Lazo (3). Da la sensación de que se le ha olvidado jugar. Poco solidario en defensa y nulo en ataque, pese a gozar de libertad de movimientos.
Fran Villalba (3). Desaparecido en combate y no por falta de ganas. Estuvo desquiciado y sin sitio.
Juan Villar (3). Sigue sin convencer y sin tener ni una sola oportunidad de remate con cierta ventaja.
En resumen, que cuando en un equipo todos parecen buenos es porque está bien trabajado o porque lo son. Cuando la nota media general del equipo en su actuación es de suspenso es porque no hay una idea de juego colectivo o porque no hay más cera que la que tan mal arde. Por ver una luz al final del negro túnel de las Gaunas destacar al nigeriano Sadiq que fue el único delantero que puso en riesgo la meta local. Incluso llegó a batirla, pero controlando con el brazo.
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