Las cosas de un equipo de Primera en Segunda

Si Rubi ha aprendido algo durante los 12 partidos de Liga que ya ha jugado esta temporada es que de Despeñaperros para arriba tiene que ir con todo. E ir con todo incluye en este Almería hacer cosas de equipos grandes, como poder dejar a Sadiq en el banquillo y sacar a un jugador de 32 años que se llama Dyego Sousa y que, aunque no entraba en las quinielas de los parroquianos del Kiosko Luis Marín esta mañana, parecía por momentos el mejor Negredo después de una buena noche en la Mae West.

A pesar de que todavía no sea tiempo de airearlo, para que luego no nos bajen de un guantazo como ya ha pasado dos veces, el Almería puede presumir de ser un equipo de Primera en Segunda división. Un grande y no solo por dinero, que también, sino porque aunque haya costado tres años, Turki ha hecho ahora un conjunto que tiene el carácter y el juego de los de arriba: un equipo que te puede matar en tres disparos sucesivos y después desaparecer en ataque y dejar pasar minutos y minutos al rival creyéndose que va a hacer algo para darle la estacada del 0-4 a la vuelta del descanso. 

Una genialidad que han escenificado sobre el césped hoy en Anduva, con unos primeros 25 minutos de auténtica aniquilación de los de Rubi y en los que el Mirandés ha podido hacer poco más que ver pasar la pelota de un lado a otro y contemplar la explosión de Dyego Sousa, que se presentaba en Miranda de Ebro como el que llega a una cita a ciegas de First Dates y que ahora es más almeriense que un plato de migas en un día de lluvia.

Pero también con otros 65 en los que si no llega a ser por el gol del brasileño y la intriga del penalti y del tanto anulado al Mirandés se hubiera convertido, y no solo por la hora, en la mejor película para dormirse en la sobre mesa. Pero esto también es de equipo grande, sino que se lo digan al Madrid. Como también lo es ser de nuevo lideres. Y eso lo que hay es que disfrutarlo.