Ya le pasó a Alfonso García con Henrique Sereno y ha vuelto a suceder con Carriço. No falla, cuando los jugadores hacen las Américas o se van a mercados exóticos cruzan una línea peligrosa de no retorno.
Es como cuando uno deja el fútbol y se dedica a los partidos de Solteros contra Casados. No falla, entre que vuelves a pillar el ritmo y entras en dinámica de competición se te pasa el arroz.
No es culpa de los futbolistas que hacen lo que les pide su agente. La culpa la tiene el que firma pasado sin ser consciente de lo que se estila en esas Ligas menores.
Suele pasar
Son pocos los que regresan a la Liga Profesional tras competir en China o Japón y triunfan. La inmensa mayoría tiene que pasar un calvario de lesiones y muchos lo dejan.
Empieza a ser una constante que clubes de Segunda firmen pasado de estrellas que jamás vuelven a ser lo que eran y se marchan dejando una huella poco reconocible.
Inocente
Carriço va donde le llaman y si el Almería lo firmó para jugar vino con todas las de la ley dispuesto a ser el que era en España pero el físico manda y China no es España.
Esto lo deben de saber los que firman en todos los clubes nacionales porque no es la primera vez que sucede. En el Almería tenemos el ejemplo de Enrique Sereno, también portugués.
Carpetazo
A la hora de diseñar los nuevos Almerías más vale tener en cuenta lo que sucede con los jugadores que regresan de Ligas menores. La mayoría no vuelven a ser lo que eran.
Hay muy buenos futbolistas en España y lo mismo que aplaudimos en su día el fichaje de Carriço, teníamos claro un periodo de adaptación que siendo largo no le ha devuelto a ser lo que era.
El Almería se vuelve a equivocar.
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