Han pasado 211 días. El 20 de mayo llegó la última victoria del Almería en un partido de Liga y este domingo en el Mediterráneo (14:00 horas), busca romper esa terrorífica racha frente al mismo rival, el Real Mallorca. Se está poniendo cada vez más cara la permanencia y las oportunidades son menores. Eso sí, el crecimiento individual y colectivo del equipo -exceptuando los primeros veinte minutos del Metropolitano- invitan a pensar que el triunfo ya no está tan lejos, que hay un último tren al que subirse para levantar una temporada cuyos números conducen a Segunda. El mejor Almería de Garitano solo ha sido capaz de cosechar un punto y así no da para salir del descenso.
Equipo
Con la recuperación de Melero, el entrenador podría apostar de nuevo por la alineación que se enfrentó al Atlético de Madrid con la duda de incluir a Pozo en el lateral derecho y darle la titularidad a Ramazani. En el Mediterráneo siempre ha sacado alineaciones netamente ofensivas. En el resto de posiciones no hay dudas, confirmando que el Almería cuenta con un once reconocible, algo que ha costado casi una vuelta de competición. Vencer es clave porque después el calendario se pone cuesta arriba con FC Barcelona, Osasuna, Girona y Real Madrid.
Para entender mejor qué le está pasando al Almería basta con analizar las dieciséis jornadas donde hubo de todo. Partidos en los que no ganó cuando lo merecía por ocasiones; otros en los que debió hacerlo con solvencia y caía en el descuento; más en los que no compareció como Sevilla, San Mamés y Girona, donde el 0-2 le duró un abrir y cerrar de ojos.
Garitano ha logrado la mitad del trabajo, y es que su equipo mantenga cada vez más tiempo la regularidad sobre el terreno de juego, pero por otro lado no le da para ganar, y es de lo que se trata. Sumar tres puntos acabará con la pesadilla y meterá al grupo en una nueva realidad rompiendo la burbuja en la que se metió desde aquel mes de mayo.
El rival
Con 14 puntos, no vive tan desahogado como la temporada anterior pese a tener mejor plantilla. El exrojiblanco Samú Costa ha tomado los mandos en el centro del campo y otro que conoce la casa almeriense, Manu Morlanes, suele entrar en las segundas partes. Con una defensa que se conoce desde hace tiempo con Maffeo, Valjent, Raíllo y Jaume, hacen que sea un adversario difícil de superar. De la zona baja es de los que menos encaja con 20 tantos, diecinueve menos que el Almería, y es gracias también a las intervenciones de Rajkovic, clave en el triunfo ante el Sevilla.
Con solo dos victorias esta campaña el Mallorca marcha con cierta tranquilidad, un dato que invita al Almería a pensar que si es capaz de enganchar una serie de resultados positivos se meterá en la pelea. Es el último tren, la última bala para no caer en la depresión total por mucho mercado de invierno que haya por delante.
El Almería que se midió al Betis es el que debe aparecer de nuevo para romper la defensa del Real Mallorca.
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