El Almería ha puesto punto y final a su etapa de reflexión sobre las gradas supletorias y al final no se van a colocar porque se prioriza la comodidad del aficionado y la captación de nuevos abonados con una mayor capacidad. El club sabe que instalar supletorias implica contar con el visto bueno de LaLiga y no es fácil conseguir los permisos porque priorizan los servicios y las comodidades que los fondos metálicos no reportan. Los abonados de fondo esperaban un detalle del club para arropar al equipo en su camino de regreso a Primera y el club lo ha estado valorando pero las exigencias de LaLiga y su idea de captar nuevos abonados con precios bajos ha frenado la intención. Vender 4.000 abonos con supletorias o casi siete mil con los fondos actuales no ha pesado tanto como el montaje de una infraestructura que no tiene los servicios exigidos para eventos del nivel que exime la Segunda División.
Comodidad
A la hora de descartar la colocación de las gradas supletorias en el Estadio Mediterráneo ha pesado por encima de todo el equipamiento de las mismas y los servicios que presta al aficionado que no van más lejos de la proximidad al terreno de juego sin servicios ni equipamiento necesario como pide LaLiga. El club entiende a los abonados y considera que sería bueno para el equipo las supletorias pero no reúnen todo lo exigido para un partido de Segunda División y es mejor dejar el campo como hasta ahora y seguir con el plan establecido hacia las obras de la Fase 2.
Capacidad
Cuando Alfonso García Gabarrón instalaba las gradas supletorias en el verano de 2012 los aficionados aplaudieron la medida y quedaron en su lugar hasta el verano de 2023 cuando el Almería parecía lanzado hacia las obras de la Fase 2 con el equipo en Primera División. Las 5.000 butacas portátiles volaron en la campaña de abonados y se ponían muy pocas entradas a la venta los días de partido. Dos ascensos a Primera se cantaron desde las supletorias con Javi Gracia y Rubi en los banquillos y se lograron dos permanencias en la élite de nuestro fútbol ya que el equipo se veía arropado por los fieles seguidores y se notaba la presión para los equipos rivales.
Visibilidad
El gran problema que presenta el campo diseñado para los Juegos del Mediterráneo es la enorme distancia desde el graderío hasta la línea de fondo. Es enorme la distancia hacia la otra portería y cuesta ver el fútbol en toda su dimensión con el diseño original. Siempre hubo quejas sobre la distancia y desde la llegada de Turki al club se ha contemplado afrontar una gran obra que convierta al estadio en un campo de fútbol y que los aficionados vivan los partidos cerca del equipo. El descenso a Segunda ha parado las obras y no tienen fecha.
Homologado
Con la medida que ha adoptado el club todo son ventajas ya que el campo ha pasado la ITV de LaLiga y no tendrá que modificar nada con vistas a la próxima temporada dado que los dos fondos tienen todo el equipamiento que pide LaLiga para el normal desarrollo de la competición. El campo se quedará como está a día de hoy pese a que los abonados esperaban un detalle del club.
Más butacas
El Almería lo tiene claro con el estadio y su mensaje ha sido directo a la afición en el sentido de no tener fecha cerrada para las obras de la Fase 2 y las supletorias no van a volver ya que sería un paso atrás. La idea es que las 6.800 butacas que se van a poner a la venta con precios para todos los bolsillos reciban la aceptación de abonados y aficionados en general. Poner a la venta el abono con un precio para todos los bolsillos es la idea que maneja el club, conscientes de que habrá muchos fieles que no saquen el abono por la distancia con el terreno de juego. El club quiere dar vida a la grada de fondo con una campaña de abonados que haga que las familias vuelvan al campo y el equipo siga contando con una afición fiel . La medida no es muy popular pero el club no quiere abrigar falsas ilusiones.
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