Bodega Barea Granados, la esencia de la provincia contenida en su ‘Almeriño’

La Bodega Barea Granados nace en pleno corazón de la Alpujarra almeriense y dentro del Parque Natural de Sierra Nevada, concretamente en Padules. Desde 1967, esta familia ha dedicado sus labores a la uva, pero no es hasta 2003 cuando la Bodega inicia su trayectoria con la primera cosecha. Especializados en la uva de mesa y de barco, reconvirtieron los antiguos parrales en viñedos. Así es como han llegado hasta lo que son hoy.

La elaboración de los caldos procede en su totalidad de la producción propia y tienen una gran capacidad de producción alcanzando las 30.000 botellas de vino al año. Las ocho hectáreas de viñedo se cultivan en terrenos calizos por encima de los 750 metros de altitud, lo cual propicia un sabor muy característico en sus vinos.

Se abrieron camino con la producción de Boliñeba, nombre que hace referencia al paraje donde están plantados los viñedos, y la comercialización de Boliñeba blanco, Boliñeba tinto y Boliñeba Barrica.

Pero, sin duda, su especialidad es al producción del Almeriño, nombre con el que se refieren al albariño almeriense. Elaborado con uvas seleccionadas de emparrados tradicionales situados en las faldas de Sierra Nevada, se procede a la vendimia manual y la selección de la uva para introducirla en prensas y pasar, por último, al desfangado por gravedad entre 24 y 36 horas. La fermentación a 16ºC ultima la elaboración de este vino de color amarillo pajizo con tonalidades verdosas.

La singular localización de los viñedos se encuentra bajo la denominación Indicaciones Geográficas Protegidas, uno de los regímenes de calidad en la Unión Europea que identifica un producto originario de un lugar determinado.