Este viernes, 15 de julio, uno de los tesoros escondidos de Almería cumplió su quinto aniversario. Esta es la tetería Almedina-Baraka, situada a los pies de la Alcazaba, donde el tiempo se para por un instante mientras disfrutas de un té y un dulce casero en su azotea.
El primer establecimiento que abrió Yolanda Martínez Lirola, dueña de la tetería, fue una calle más abajo, hace 20 años. La idea nació de su pasado, que le unía a este barrio de La Almedina: "Yo me mudé en 1990 aquí por mi abuelo. Él tenía una casa en la zona y siempre me había llamado la atención. Vi que estaba muy abandonado el lugar, que incluso los almerienses no venían. Tenía que acompañar a la gente a mi casa porque no sabían llegar, les daba miedo. Me sorprendía que un barrio que está al lado del centro haya ciudadanos que ni siquiera saben que existe."
En sus inicios el local se abrió sin expectativas, sin miedo a un posible fracaso: "No se si funcionará pero voy a probar. Lo abrí con 0 expectativas , si no sale se reconvertirá en otra cosa" asegura Martínez Lirola. Sin embargo ha ido creciendo con un gran éxito, lo que ocasionó la compra de este segundo establecimiento que cumple cinco años desde su apertura. "Nos ofrecieron comprar este local y lo hicimos, pero no teníamos dinero para la inversión así que fuimos construyendo el proyecto poco a poco. La idea era que cuando vinieras a la Alcazaba hubiera un motivo para quedarte a completar el círculo de visitarla" narra la dueña.
La Almedina es el barrio almeriense de origen árabe por excelencia y con este proyecto se quería unir ese pasado almeriense musulmán, aunando dos culturas: la española y la árabe. A través de la comida se busca conseguir un acercamiento entre ambas. "El ciudadano de Almería no tiene muchos puntos de encuentro con la población musulmana porque trabajan en sectores que normalmente no se mezclan. Es un cruce de caminos entre dos colectivos que viven en Almería" comenta Yolanda. Los clientes llegan contando su viaje a Marruecos, o preguntando con curiosidad sobre recetas o productos que utilizan. Desde el propio restaurante también se adaptan a la cultura almeriense, evitando utilizar sabores excesivamente fuertes a los que los españoles no están acostumbrados. Es un enriquecimiento mutuo.
Este es uno de los pocos locales en la capital que toda su comida es halal, lo que significa que ningún ingrediente en sus platos proviene de animales prohibidos en el Corán. Además no se sirve alcohol en ninguna de sus formas, lo que lo convierte en un ambiente tranquilo y distinto a lo que estamos acostumbrados . Así lo explica Yolanda "No hay alcohol, el pan se hace aquí, los productos son naturales, frescos y de calidad. Todo es de elaboración propia y la comida no es congelada . Es ir a contracorriente a la vida de hoy. Es hacer la vida un poco más amable, como decir “para un poco”. Como último éxito ha sido galardonado con el plato de oro de radio-turismo.
No solo se queda circunscrito al ámbito alimentario sino que es toda una experiencia, pues no se cierran a ningún tipo de evento cultural que pueda encajarles. Hay clases gratuitas de guitarra durante el invierno, a veces también es lugar de ensayo para danza árabe. Se han realizado presentaciones de libros, exposiciones fotográficas o cenas-conciertos, como ocurrirá este viernes 15 de julio con motivo del quinto cumpleaños. La cena flamenca que se hará en la azotea tendrá dos pases, uno a las 20:30h y otro a las 22:30h.
El lugar se ha convertido en algo casi espiritual para quien lo visita asiduamente, donde buscan un momento de desconexión. Uno se ve inmerso en un ambiente completamente distinto al del centro de la ciudad. " Cuando ves una terraza llena de gente joven bebiendo limonada, batidos o té. Hablando durante horas en otro tipo de ambiente todo merece la pena" comenta Yolanda mientras le da un sorbo a su té. Un lugar inclusivo, donde trabajan seis mujeres y un hombre, se descansa dos días en semana (algo no muy habitual en la hostería), con una sala privada para realizar los rezos diarios y experiencias con otras culturas, como es la sefardí.
A pesar de todo esto, y aunque Yolanda llegara a La Almedina en los 90, nunca se olvidan del barrio: "La gente del barrio está muy orgullosa de este sitio (...) existe muy buena relación con ellos. Es a considerar que estaban antes, las cosas que se hagan aquí tienen que beneficiar a ellos. Ayudar a dar un paso hacia delante" remarca Yolanda. Desde este lugar propio de la tendencia "slow-life" agradecen a los almerienses: "Estamos agradecidos con la gente de Almería que nos ha acogido muy bien . También están apoyando a que este barrio se conozca. Que sea una alternativa más de ocio de Almería".
Si buscas verte inmerso en una experiencia completa próximo a la historia de como nació esta ciudad es tu sitio. Con un personal cercano, cuatro estancias diferentes, eventos culturales y productos de calidad Almedina-Baraka ofrece un sitio único donde parar durante unas horas en este vertiginoso mundo que nos rodea.
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