La Sierra de Cádiz, con un abundante patrimonio arqueológico, se extiende al norte de la provincia en un recorrido abrupto, sabroso, verde y emocionante: la Ruta de los Pueblos Blancos. Arcos de la Frontera, declarado Monumento histórico-artístico es uno de los pueblos blancos más célebres. Le siguen Ubrique, El Bosque y Prado del Rey, conocidos no sólo por la belleza de sus paisajes, sino por su artesanía.
Algar, Algodonales, El Gastor, Puerto Serrano y Villaluenga del Rosario forman parte de la Ruta. También Benaocaz, Bornos, Espera, Villamartín y Olvera, cada uno con sus fiestas, sus castillos y sus peculiaridades.
El elemento más emblemático del Parque, además del denso bosque mediterráneo de encinas, alcornoques y quejigos, es el pinsapo, principalmente concentrado en la Sierra del Pinar, por ser el lugar más lluvioso de la Península. Esta especie es descendiente de los abetos centroeuropeos que formaban aquí grandes bosques en las épocas glaciares. Hoy estos pinsapos habitan únicamente en este espacio, en el Parque Natural Sierra de las Nieves y en Sierra Bermeja (ambos en la provincia de Málaga). La visita al pinsapar, así como a otros enclaves de la Zona de Reserva, puede realizarse sólo en algunas épocas del año y con limitación de visitantes, por lo que se recomienda solicitar información previa.
Otro punto de interés es el curso alto del río Majaceite, donde se puede
observar a la nutria, y donde sus olmos, sauces y álamos forman un
característico bosque en galería. Éstas y otras especies, hasta 300, pueden
contemplarse en el cercano jardín botánico El Castillejo, junto
al centro de visitantes El Bosque.
La conservada vegetación da lugar también a una rica fauna, manteniendo con
semillas, frutos otoñales y pastos al ciervo, corzo, conejo, perdiz y la cabra
montés. Destacan las numerosas aves, con 136 especies distintas, como el águila
perdicera y el buitre leonado, este último tiene aquí las mayores colonias de
Europa. Completan el ecosistema otros carnívoros emblemáticos como la gineta y
comadreja, halcón peregrino, águilas calzada y culebrera y búho real.
La ruta se adentra en el Parque Natural de Grazalema, declarado Reserva de la Biosfera, donde no podemos dejar de visitar la localidad del mismo nombre, así como Zahara de la Sierra, con uno de los paisajes más espectaculares del entorno. Por último, Alcalá del Valle y Setenil de las Bodegas, con la insólita disposición de sus casas; excavadas en la montaña, siguiendo el cauce del río.
Este parque, en el extremo occidental de la cordillera Bética, es el enclave más lluvioso de la Península Ibérica. Su orografía es asombrosa y llama poderosamente la atención por sus cañones, cuevas y riscos; quebradas y valles.
'Contenido ofrecido en colaboración con la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía'.
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