María Canet es periodista y cantaora de flamenco. Cantó su primera saeta a los catorce años y a la Virgen Macarena, arte que aprendió de su abuelo materno. Siente una devoción especial por el Señor Cautivo de Medinaceli.
¿Cómo fue tu inicio en el cante de saetas?
Tenía catorce años cuando canté mi primera saeta y era porque mi abuelo materno había cantado saetas. Yo me ponía para que él me escuchara para ver si lo hacía bien y me lancé en la calle Triunfo a cantarle a la Macarena, cogida de la mano de mi amiga Vanesa. A partir de ahí, le canté al Cristo de Medinaceli en la calle Real, que también fue de mis primeras saetas, sola. Para mí esa fue espectacular. Me levantaron el Cautivo y lo mecieron. Claro, mi padre iba debajo del paso, como costalero. Fue muy emocionante.
¿Se puede controlar la emoción cuando cantas a una imagen de tu devoción y que además tu padre va bajo la trabajadera del paso?
Intentas concentrarte y llevar la emoción a la garganta, sin que se te rompa. Aunque a veces es difícil y se me hace un nudo en la garganta que no te deja.
¿Por qué palo te gusta cantar la saeta?
Por Seguidilla y Debla.
En la entrada a su capilla de tu Virgen de la Merced, cantaste una saeta muy emocionante.
Sí. Fue una saeta muy emocionante. Ten en cuenta que intento aislarme y en ese momento somos Ella y yo solamente. Es verdad que el regreso al templo de Prendimiento, en la plaza Jesús Cautivo, se ha convertido en algo muy bonito.
¿Qué supone para ti la saeta que tradicionalmente le cantas al Señor de Almería en la salida de la Catedral de la Encarnación?
Esa primera saeta al Cautivo, en su salida, la canté principalmente por mi hermano, que no estaba y esa cuesta cantarla mucho. Mucho, mucho.
¿Te pasas toda la Semana Santa cantando en Almería o te vas fuera?
Estoy toda la semana aquí, excepto el Viernes Santo que me voy a cantar a Níjar, pero esta Semana Santa la hago entera con la Peña almeriense El Morato. Participo en la Muestra de Saetas.
¿Además de saetera, eres cantaora de flamenco?
Sí. Empecé a meterme en el flamenco a través de la saeta, conociendo más palos. Conocí a la Peña El Morato, que fue donde me acogieron con los brazos abiertos y fue con ellos donde me despertó el gusanillo de seguir estudiando flamenco y en ello estamos.
¿Qué cantaor o cantaora te gusta más?
De los antiguos, la Niña de los Peines, Antonio Mairena. Mucho a Bernarda y Fernanda de Utrera. La Paquera de Jerez me vuelve loca.
¿Con quién has estudiado?
Con Marina Heredia, ella me enseñó a cantar Tangos de Graná y Fandangos del Albaicín. También he estado estudiando algunas cosas del Levante con Encarnación Fernández y éstas dos son dos fieras. Encarnación Fernández y Marina Heredia son cantes muy flamencos.
¿Qué palos del flamenco te gustan más o con los que más te identificas?
Cantar por Soleá me gusta mucho, porque es muy profundo. Las Colombianas me gustan también. Los Cantes de Levante y por supuesto los de Almería y ya por Bulerías, cada vez me gustan más.
¿Se requiere tener a la imagen delante, para cantar una saeta?
Se siente mucho más con la imagen ante ti. Si te pones, lo vives y cie
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