Más de cincuenta personas de las asociaciones Amigos de la Alcazaba y Amigos del Ferrocarril han realizado este fin de semana la última de las cuatro rutas guiadas que vienen desarrollando con el título de ‘Trenes y Minas’ y que en este caso ha sido protagonizada por el patrimonio ferroviario del Almanzora. El ciclo concluye así con una ruta dedicada a la minería de Serón, recordando que hace 50 años se cerró Las Menas poniendo fin a un largo periodo de casi 150 años en el que la minería y el ferrocarril trajeron la modernidad y transformó la vida de los almerienses.
Está cuarta y última ruta de ‘Trenes y Minas’ contó con la participación de destacados especialistas, como Antonio Aguilera, Francisco Sánchez, Mario López y el geógrafo Rodolfo Caparrós. Precisamente la ruta comenzó el simbólico lugar de la estación de ferrocarril de Serón. Una estación muy importante para la línea férrea del Almanzora y también para el transporte del mineral de hierro, pues aquí confluían los cables aéreos del Manzano y el Cortijuelo. Tenía almacén, aseos, cocheras y zona de carga. Actualmente los edificios están rehabilitados y en la estación se pudo visitar la exposición “Memoria de aire sólido. Hierro y piedra”.
Rodolfo Caparrós, uno de los coordinadores del proyecto “50 años de Las Menas” que lleva a cabo el Ayuntamiento de Serón, transmitió el saluda del alcalde de Serón, Juan Antonio Lorenzo, y la felicitación a Amigos de la Alcazaba por esta iniciativa. Rodolfo Caparrós recordó que hace 50 años, en aquel revolucionario mayo del 68, cesó la vida minera en Las Menas y en toda Almería, concluyendo un periodo de modernidad insólito para aquellos almerienses que vivían aislados.
A continuación se recorrió casi 10 kilómetros del antiguo trazado del ferrocarril Guadix-Almendricos de 1894 y que hoy está convertido en la espléndida “Vía Verde del Almanzora. Tramo del Hierro”, es un antiguo trazado en desuso del ferrocarril. A lo largo del recorrido, entre cultivos y con un maravilloso paisaje de Serón, su castillo e iglesia, y la Sierra de los Filabres, se visitaron tres antiguos cargaderos de mineral de hierro abandonados. El más importante era el Cargadero de los Cano, con capacidad para 40.000 toneladas, que recibía el mineral de Cabarga San Miguel a través de 7 kilómetros de cable. Los trenes se cargaban por gravedad y desde aquí llevaban el mineral al embarcadero de El Hornillo de Águilas. Declarado Bien de Interés Cultural se encuentra bien conservado, aunque bastante abandonado.
Al llegar a Tíjola, dio la bienvenida a la comitiva el viejo depósito de agua y la estación, convertida hoy en bar-restaurante. El almuerzo se hizo en Tía Matilde, el bellísimo paraje de la Balsa de Cela, un manantial de aguas termales situado, conocido desde tiempos romanos, y que es lugar preferido de los habitantes de Tíjola y comarca para los baños de verano.
La última etapa de la ruta fue la Cueva de la Paloma (Bayarque). Se encuentra en la espectacular Cerrá de Tíjola, un desfiladero formado por el río Bacares y a los pies de Tíjola la Vieja, el poblado que fue arrasado tras la rebelión de los moriscos. La Cueva de la Paloma es una mina de cobre cuya explotación se remonta a tiempos inmemoriales. A finales del siglo XIX volvió a ponerse en actividad. De regreso a Almería, les despidió la majestuosa escultura “La mujer del Almanzora” del artista Antonio López, que indica la cercanía del Museo Casa Ibáñez, un museo extraordinario en tierras del Almanzora.
El ciclo “Trenes y Minas”
Organizado por Amigos de la Alcazaba y Amigos del Ferrocarril el ciclo “Trenes y Minas” ha recorrido en 4 rutas algunos de los lugares más emblemáticos de la minería almeriense, recordando cómo las riquezas de hierro y plomo de nuestras sierras (Gádor, Almagrera, Filabres…) contribuyeron a transformar las vidas de nuestros antepasados y los paisajes de nuestra tierra. Con la revolución minera llegó la modernidad del ferrocarril, nuevos medios de transporte y la construcción de embarcaderos para llevar nuestros minerales a lejanos lugares.
Tras la crisis minera del primer tercio del siglo XX y el cierre definitivo de la última mina en Las Menas de Serón en 1968, hemos heredado un rico patrimonio minero y ferroviario que, a pesar del papel tan extraordinario que ha jugado en nuestra historia contemporánea, lamentablemente es muy desconocido por los almerienses y por tanto poco valorado y en peligro de desaparición. Almería debe recuperar este rico legado para podamos conocerlo y disfrutarlo; la memoria minera debe convertirse en proyectos de futuro para los almerienses. “Es necesario recuperar aquella memoria, sin melancolía, con proyectos de futuro que incluyan la reconquista de este patrimonio para la sociedad almeriense”., ha declarado la presidenta de Amigos de la Alcazaba, Maite Pérez.
Hasta 15 profesores, historiadores, economistas, geógrafos, arqueólogos y otros especialistas han participado en este ciclo: Antonio Aguilera, Andrés S. Picón, Carlos Peña, Pedro Perales, Laura Larios, Francisco Sánchez, Mario López, Rodolfo Caparrós, Antonio Soler, Alfonso Ruiz, Francisco López, Ricardo Ruiz. Antonio Castillo, Maite Pérez y Francisco Verdegay.
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