¿Por qué estudiar en la universidad?

Nada más comenzar el bachillerato el agobio comienza a reinar por los pasillos de los institutos. ¿Cómo superar con éxito la selectividad? ¿Qué hacer tras terminar los dos años de bachiller? ¿A qué dedicarse profesionalmente en el futuro? A muchas de estas incógnitas se enfrentan los jóvenes españoles. Una de las salidas más frecuentes es la Universidad, en la que podrán especializarse. A pesar de que esta decisión implica un esfuerzo económico, la recompensa que supondrá en el futuro y la flexibilidad que ofrecen algunas universidades, como la Universidad a distancia VIU, facilitan el camino a muchos.

Saber qué queremos ser es una pregunta tan filosófica como dura. Probablemente no existe una respuesta única, ni una sola decisión acertada. Ante la incertidumbre, un método habitual entre los jóvenes es reflexionar sobre qué materias se les dan bien y qué campos les parecen interesantes. Una gran cantidad de ellos se deciden a cursar estudios universitarios. Tanto es así, que durante el curso 2016-2017, el número de alumnos que se encontraban cursando un Grado fue de 1.291.188, según los datos facilitaos por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. De ellos, 708.196 fueron mujeres y 582.992 hombres.

Las motivaciones para tomar esta decisión son múltiples y muy variadas. Entre una gran parte de los futuros estudiantes universitarios destacan las siguientes:

La posibilidad de acceder a conocimientos académicos: la Universidad permite adquirir una formación académica profunda, profundizar sobre distintas áreas del conocimiento y favoreciendo a una sociedad más culturizada. Los jóvenes pueden acceder a un grado de conocimientos académicos a los que sería mucho más difícil llegar sin haber pasado por la Universidad.

La apertura hacia la investigación: aunque no siempre es fácil saber a qué nos queremos dedicar, algunos jóvenes tienen claro desde que comienzan la Universidad que su futuro se encuentra en la investigación. Otros, los descubre durante sus estudios de Grado. Lo cierto es que la investigación es un campo que requiere de una formación universitaria previa, sin la cual no podríamos acceder a ella. Además, realizar estudios de Grado nos abre las puertas a los másteres postgrados y doctorados.

La aspiración a ciertos puestos de trabajo: al igual que ocurre en el ámbito de la investigación, muchos de los puestos de trabajo que existen hoy en día exigen tener estudios universitarios.

La democratización de la educación: la aparición de las becas de estudios y la reducción de tasas universitarias para aquellas personas que no pudieran pagarlas, ha favorecido en las últimas décadas a la democratización de los estudios superiores y a la igualdad de oportunidades entre los españoles. El hecho de que la Universidad haya intentado basarse en un sistema educativo justo, anima a muchos jóvenes a estudiar lo que les gusta sin estar tan preocupados por los ingresos familiares.

La flexibilidad que ofertan algunos centros: algunos centros, conscientes de las dificultades que puede suponer para un joven desplazarse a un lugar concreto o mudarse a otra ciudad, ofrecen la posibilidad de cursar sus estudios a distancia. Esto permite también que aquellos jóvenes que quieran o necesitan trabajar, puedan compatibilizar ambas cosas.