El poder rejuvenecedor del té blanco

El té blanco, conocido como el té de la belleza, nos ayuda a cuidarnos tanto por dentro como por fuera.

A pesar de su nombre, el té blanco elaborado es de color amarillo y está considerado como una poderosa fuente de juventud, ya que protege las redes tensoras de la piel, el colágeno y la elastina, un beneficio que ayuda a cumplir años con la piel más firme, retrasando así el avance de las arrugas.

Esta infusión con propiedades rejuvenecedoras, rica en antioxidantes, se puede tomar con zumo de limón o lima. Gracias a su riqueza en vitamina C, los cítricos estimulan la formación de esas fibras reafirmantes, la producción de las cuales se ve reducida con el paso del tiempo.

Por otro lado, las catequinas, un grupo de Polifenoles antioxidantes encontrados en el té blanco, se ha comprobado que reducen el colesterol, reducen la presión sanguínea y mejoran las funciones de arterias y venas, reduciendo en gran medida las enfermedades cardiovasculares.