Rafaella Carrá y Sara Montiel también fueron amantes del Rey Juan Carlos

Las revelaciones sobre la vida privada del rey emérito Juan Carlos siguen generando controversia, sobre todo tras la difusión de audios y fotos que confirman su relación con Bárbara Rey. Este escándalo ha despertado aún más interés en sus romances fuera del matrimonio, y el programa TardeAR ha aprovechado para ofrecer más información al respecto. Durante el espacio, Luis Pliego, director de Lecturas, reveló nuevos y sorprendentes nombres de mujeres que estuvieron vinculadas sentimentalmente con el monarca, lo que dejó a los colaboradores atónitos.

Uno de los nombres que más llamó la atención fue el de la famosa cantante italiana Raffaella Carrà. Según se explicó en el programa, Carrà habría mantenido una relación con el rey, lo que Ana Rosa Quintana corroboró al conectar con Pilar Eyre. Eyre contó que la información salió a la luz en una Nochebuena, cuando, al ver el discurso televisivo de Juan Carlos, Carrà comentó a una amiga que el monarca llevaba una corbata amarilla de Hermes que ella misma le había regalado. A partir de esa observación, Eyre investigó y encontró indicios de que la pareja solía encontrarse en sitios como el Eurobuilding o en un apartamento en Madrid, cercano a un restaurante italiano.

Además de Bárbara Rey y Raffaella Carrà, Marta Gayà también aparece en la lista de los romances de Juan Carlos. Según Pilar Eyre, la relación con Bárbara Rey duró 18 años, mientras que con Marta se extendió por dos décadas. Pero la lista de relaciones no termina aquí. Otro nombre que ha sorprendido es el de la actriz y cantante Sara Montiel, quien también habría tenido un romance con el rey.

Según reveló Luis Pliego, la infidelidad con Sara Montiel fue un punto de quiebre en el matrimonio del monarca con la reina Sofía. En su libro La soledad de la reina, Eyre relata cómo Sofía sorprendió a su esposo con Montiel en la casa de un amigo. Este hecho fue devastador para la reina, quien decidió llevarse a sus hijos a la India para reflexionar sobre lo sucedido. Con el tiempo, Sofía entendió que las infidelidades serían una constante en su matrimonio, lo que la llevó a mantener las apariencias por el bien de la familia y la monarquía, aunque desde entonces sus caminos se separaron.