Iker Jiménez carga contra los presentadores que van dando lecciones de moral

Tema delicado el que abordó Iker Jiménez en el último programa de Cuarto Milenio. Antes de dar por concluida la emisión, el rey de la nave del misterio quiso lanzar un mensaje a todos esos compañeros de profesión que van dando lecciones de moral, pero que, en su vida privada, suelen terminar metidos en situaciones bastante comprometidas. 

Y es que Iker sabe de buena tinta que hay presentadores que han tenido que salir literalmente en brazos de bares o restaurantes por pasarse de la raya con el alcohol y otras sustancias. Aunque Iker destacó que cada persona tiene derecho a hacer lo que quiera en su ámbito privado, expresó su desconcierto ante la falta de coherencia que algunos demuestran cuando están frente a una cámara o un micrófono.

"Mi amigo Manu me contaba que de su local tenía que sacar a rastras a un célebre presentador, muy digno él, de nariz empolvada, como una croqueta por el suelo. ¡Qué vergüenza! Que cada uno se divierta como quiera, pero ahí entrevés que algo falla", comentaba Jiménez, muy crítico con este tipo de compañeros, especialmente ahora que lleva semanas aguantando burlas en todas las cadenas debido a su cobertura de la DANA.

"Yo ni me drogo, ni me voy de putiferio"

Hace unas semanas, Iker comentó que también había sido objeto de un dosier en el pasado, pero que el resultado fue muy aburrido porque no encontraron nada llamativo sobre su vida: "Yo me considero un hombre decente y lo puedo decir. ¿Qué es la decencia? A mí no me van a encontrar con la nariz empolvada o sacándome a rastras de un chiringuito porque yo no estoy en esa onda. Como no me drogo, como no me emborracho, como no me voy de putiferio, como no me voy con jovencitos o jovencitas y como no soy un depravado, la circunstancia es un lenguaje que no se entiende".

A pesar de todo, Iker asegura que no le guarda rencor a todos aquellos que han intentado hundirle estos días. Él solo pide coherencia, que no se le lapide sin motivo y que dejen de opinar sobre su vida y su trabajo intentando desacreditarle, cuando muchos de ellos, tienen demasiado que callar. Sin embargo, sí señaló que "algunos de los ataques que yo he recibido, tengo que tomármelo un poco así, con que algunos cerebros bien no pueden estar".

En cuanto a los comportamientos de ciertas personalidades de la televisión, comentó: "Todo el mundo se puede tomar una copa, no hay ningún problema, y yo no soy inquisidor de nadie, pero analizando la circunstancia de algunos personajes, muy concretos, me ha llamado la atención". El presentador añadió: "En ocasiones, la neurona no rige muy bien y se dicen cosas porque, precisamente, lo caótico de detrás de las bambalinas de un estudio de televisión, de una redacción o de una radio también influye".

Iker Jiménez no está en la onda y tampoco le importa

Iker quiso dejar clara su postura en contraste con aquellos presentadores que mantienen una doble moral y que van dando lecciones sin poner de manifiesto los errores y excesos cometidos en su vida privada. "La vida que yo tengo aquí, delante de ustedes, no se diferencia mucho de la vida que tengo en mi hogar o en mi cotidianeidad. No digo que una cosa sea buena y la otra mala, pero hay cierta coherencia que yo no veo en otros", señaló de forma crítica, asegurando que, "los ves muy dignos, atacando, y luego los tienen que sacar a rastras como una croqueta. ¿Y si están en ese influjo? ¿Y si la borrachera mental también influye? A mí eso no me puede pasar, porque mi circuito vital no es así", aseguró.

Iker también reflexionó sobre el impacto de estos comportamientos en la comunicación: "¿No les ha pasado muchas veces estar con alguien que está pedo y que se pone muy pesado? Sabes que el diálogo es distinto. ¿No les ha pasado alguna vez avergonzarse de alguien? Si tú te has tomado un gin-tonic, una copa de vino o una cerveza, que es lo máximo que yo me he tomado, puedes estar más chisporroteante..., pero como tú no hayas bebido y el otro haya bebido bastante... tú estarás en una esfera y el otro en otra. Algo de eso ha pasado con la campaña, sabiendo de las biografías de algunos y algunas".

El presentador también habló sobre la autenticidad, sobre mostrarse delante de las cámaras como somos fuera y sobre no tener nada que ocultar a la audiencia: "No es fácil ser alguien delante y ser alguien muy distinto detrás. Uno solo puede transmitir lo que es. (Si intentas ser de otra forma) el engaño dura X tiempo. Habitualmente es muy difícil (engañar a la gente). La personalidad se ve en muchas cosas, también delante de una cámara".

La etiqueta de "antipático" por no seguir al rebaño

Jiménez reiteró ante los espectadores que siempre ha preferido mantenerse alejado de ciertos ambientes, aunque eso le haya valido la etiqueta de "antipático": "No me gusta drogarme, ni beber hasta caerme al suelo, ni andar siempre a ver a quién pillo o quién me pilla". Según él, esa forma de vida simplemente no encaja con su carácter: "Yo soy feliz en mi casa, con mi familia, trabajando, ideando cosas... esa es mi vida".

Finalmente, concluyó diciendo que el entendimiento con personas que llevan un estilo de vida tan diferente es "imposible" porque "vivimos en frecuencias de ondas distintas". No obstante, reiteró que esta situación le ha venido bien en muchas ocasiones, pues ahora es capaz de "identificar a los enemigos que han querido hacer todo esto. Sé de las circunstancias de algunos y algunas. Yo intento ser decente en mi vida, y eso hoy día se ha convertido en una rareza".