La lógica de la ficción televisiva es aplastante: nada impacta más en el espectador que la pérdida inesperada de un personaje carismático. Ahí está ese Chanquete que sacudió a los padres de quienes ahora se quedan sin respiración con los truculentos giros de ‘Juego de tronos’ y ‘The Walking Dead’. Agneska, la rusa más sureña de Campoamargo, la mujer de Juan Rueda, el hombre que siempre se mantiene a flote navegando en un ‘Mar de plástico’, ha sido una de las últimas víctimas de un guion que hace correr ríos de sangre en esta segunda y -salvo sorpresa- última temporada de la serie rodada en Almería que cada lunes emite Antena 3 en horario de máxima audiencia.
Interpretada por la gaditana Lisi Linder, Agneska dejó ‘Mar de plástico’ tras llegar al sitio menos oportuno en el momento menos indicado. Fue el pasado 10 de octubre, en el quinto episodio de esta entrega. “Creo que lo peor que le puede pasar a un personaje es que su trama se desdibuje o tenga un adiós poco impactante. Considero que Agneska ha tenido un final glorioso: ha sido mi gran capítulo y agradezco que me hayan dado la oportunidad de despedirme a esa altura”, cuenta la actriz andaluza a LA VOZ.
Una muerte que tiñó de rojo la tierra de Campoamargo (la ficticia localidad almeriense donde transcurren las tramas) y que tuvo un epílogo en el soliloquio con el que Juan Rueda, encarnado por Pedro Casablanc, lloraba en la morgue a su esposa. “Hace una interpretación maravillosa, cada día me sorprende más. Es un gran compañero y un enorme maestro: su personaje le dio la mejor despedida al mío y él, como actor, la mejor a mí como actriz. Yo estaba luchando por no llorar y al mismo tiempo esforzándome por no respirar. Todo el equipo técnico me dijo que me muero muy bien”, asegura entre risas. Algo de experiencia tiene: en una obra de microteatro escrita y dirigida por Eusebio Poncela, ‘Como Dios...’, tenía que estar cadáver durante diez minutos. “Y ahí, por el formato, tienes a la gente muy cerca, por lo que debes respirar de forma muy tenue”.
Tras años de trayectoria en las tablas, Linder se ha convertido en un rostro muy popular para la audiencia y en uno de los nombres con más futuro del audiovisual patrio gracias a convertirse en rusa, aunque ella sea de El Puerto de Santa María, hija de cordobés y austriaca. Un cóctel que unido a su talento, intuición y esfuerzo ha hecho de Agneska uno de los grandes atractivos de la serie de Boomerang TV. “Como Lisi le he dado el alma; no sé hacer mi trabajo de otra manera. He sido muy valiente y muy generosa en las emociones, en la fuerza y en cómo me he mostrado físicamente. El trabajo de composición, el acento ruso, el carácter, me los he trabajado a conciencia. Estoy muy orgullosa del personaje que he creado, lleno de aristas, matices y capas”.
Cuando habla con este diario acaba de emitirse el sexto capítulo y Twitter es un libro de condolencias. “Me siento muy agradecida de que la gente recuerde mi personaje y le tenga cariño”, afirma, feliz de haber “dejado huella” y satisfecha por todo lo que ha podido ofrecer. Ahora toca “hacer limpieza” y demostrar que es una actriz polifacética con registros aún por explorar.
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