La sombra de la Alcazaba planea en la decisión de Carlos Góngora de dimitir como director de las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro de Almería. Su apuesta decidida por el monumento como escenario central de los espectáculos, en un intento de diferenciar el festival al llevarlo a una muestra tan singular de nuestro patrimonio, no ha sido “del total agrado de algunos de los organizadores”, tal y como sostiene en una carta de renuncia presentada hace unos días a la que ha tenido acceso LA VOZ.
Las discrepancias en torno a la fortaleza como espacio de la cita teatral con los clásicos quedaron patentes en una reunión mantenida hace dos semanas. Según la concejal de Cultura de Almería, Ana Martínez Labella, en ese encuentro los organizadores expusieron la necesidad de concentrar en el tiempo la programación más allá de los tres meses que duró el año pasado, algo que, a su juicio, “la diluye”. La intención de la Universidad de Almería (UAL) de incluir el ciclo académico de las Jornadas como parte del contenido curricular conllevaba que el festival se adelantase a la primavera, lo que entrañaba cierto “riesgo” en lo “climatológico” si las funciones se volvían a desarrollar en la Alcazaba.
“Supeditarlo todo a que el escenario fuese la Alcazaba era exclusivista, porque es un buen espacio pero tiene sus condicionantes, sus limitaciones, como lo complicado de su acceso para un público determinado”, afirma la edil en declaraciones a LA VOZ.
Aunque el ya antiguo director de las Jornadas no menciona el ‘taladrazo’ en su carta y los organizadores no consideran que haya influido en su determinación de plantear el uso de otros escenarios, desde el entorno del festival se piensa que el suceso no sólo ha contribuido al fugaz paso del Siglo de Oro por la fortaleza, sino que ha eclipsado lo mucho que el público disfrutó viendo a los clásicos en ese entorno único.
Turismo cultural
“Volver a la antigua estructura y directrices del festival hace que no tenga sentido mi continuidad como director”, sostiene Carlos Góngora, que desde su llegada al cargo en 2015 defendió las Jornadas como un motor generador de un turismo cultural, idea que se apoyaba en el conjunto como espacio en torno al que pivotasen los demás.
El alma máter de la compañía Axioma apunta, además, a injerencias políticas como otro motivo de su renuncia. “Siempre he entendido que la cultura es algo para compartir no para combatir, y mi labor artística no entiende que otro tipo de consideraciones graven su desarrollo. Pues como dijo recientemente un conocido político: ‘Cuando en la cultura entra la política, todos salimos perdiendo”, manifiesta en su carta.
“Lamento no haber podido completar el proyecto de hacer un festival estable de cara al futuro, internacional y promotor de un turismo cultural que generase riqueza para Almería. Agradezco la confianza depositada en mí en su día y de la cual he querido corresponder de forma honesta y con la máxima profesionalidad”, concluye Góngora.
Reacciones
La noticia de su dimisión fue recibida ayer con respeto en el seno de la organización de las Jornadas del Siglo de Oro. Un festival que ha sido un ejemplo de colaboración entre administraciones de distinto signo político. No en vano, la integran los ayuntamientos de Almería y Roquetas, la Junta, la Diputación y la UAL.
La concejal Ana Martínez Labella quiso dar a Góngora su “más sincero agradecimiento por un trabajo y compromiso decidido al frente de las Jornadas”. El delegado de Cultura, Alfredo Valdivia, aseguró que su labor “ha supuesto un salto cualitativo”. Mientras, el diputado de Cultura, Antonio J. Rodríguez, le deseó lo mejor.
Almagro, Mérida o Itálica
Cuando Carlos Góngora soñaba con llevarse las Jornadas del Siglo de Oro de Almería a la Alcazaba, pensaba en el festival de Almagro y su Corral de Comedias, en el festival de Mérida y su Teatro Romano y en el Festival de Itálica y también su Teatro Romano. En los tres casos, se trata de propuestas tan arraigadas a las muestras del patrimonio histórico donde se celebran que ya es imposible imaginar las unas sin las otras.
Representar a los clásicos en estos escenarios es todo un foco de atracción para visitantes y ciudadanos en la línea del motor de turismo cultural en el que el ya ex director de las Jornadas quería convertir al festival almeriense.
Góngora tomó el mando de la cita con los clásicos en 2015, coincidiendo con su trigésimo segunda edición y relevando en el cargo a Basilio Romero, que a su vez tomó el testigo de Ascensión Rodríguez, que había hecho lo propio del fundador de la iniciativa y su director durante 27 años, el profesor Antonio Serrano.
En sus dos años al frente del Siglo de Oro, Carlos Góngora ha trabajado por darle un carácter abierto y cercano a los ciudadanos a través de actividades al aire libre como ‘Barrokocalle’, la incorporación de empresas privadas a la red de patrocinadores (en 2016 hubo 28), la búsqueda de un público nuevo y la celebración de las actividades en espacio representativos como el Castillo de Santa Ana y la Alcazaba.
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