"Los mártires murieron por amor a Cristo y a la iglesia y perdonando a sus verdugos"

Mientras ultima la preparación del acto de hoy junto al equipo de liturgia de la beatificación, encabezada por el responsable de Liturgia de la Conferencia Episcopal, Manuel Fanjul, y Víctor Montoya, canónigo de la Catedral de Almería, adjunto al prefecto de liturgia y Maestro de Ceremonias, el vicario general de la Diócesis almeriense atiende a LA VOZ

La Iglesia de Almería celebra la beatificación de 115 mártires. ¿Estamos ante un acto histórico?
Lo es, no sólo por celebrarse en Almería sino por ser la primera beatificación que se realiza en el sur de España, además del sentido religioso que tiene el testimonio de los mártires. 

Un testimonio, por tanto, de gran importancia para la Iglesia.
Mucha gente que los conoció en el tiempo y posteriormente oyeron de sus mayores este relato se sienten identificados en su fe por el testimonio de quienes entregaron su sangre. Algunos sacerdotes mayores me cuentan que ellos son curas precisamente por el testimonio de aquellos mártires. Estamos convencidos que este acontecimiento va a ser un momento de revitalización de la fe de la iglesia diocesana de Almería y por extensión, lógicamente, de aquellas diócesis que también tienen mártires entre nosotros. 

Hasta hace poco tiempo, las beatificaciones se realizaban en el Vaticano. ¿Por qué ahora en Almería?
Siempre se han hecho en el Vaticano. Fue el Papa Benedicto XVI quien determinó que a partir de ese momento las beatificaciones se hicieran en las diócesis de origen y las canonizaciones, es decir, la declaración de santos, se siguieran haciendo en el Vaticano. Lo que la Iglesia quiere es que no se pierda la memoria de los mártires. Es una forma de acercar la vida y el testimonio de los mártires a la realidad más cercana. Es decir, donde dieron su sangre, que los veneremos. Son intercesores en el cielo por nosotros.  

El altar impresiona por su tamaño y su diseño va a impactar.
Es un diseño clásico de lo que es un altar cristiano, donde va el celebrante principal y los concelebrantes. Una de las cosas que hemos querido cuidar muchísimo son los detalles. Primero, porque la ocasión lo merece; segundo, porque nuestros mártires también lo merecen, y tercero, porque este acontecimiento va a ser único. Tardará mucho tiempo en celebrarse otro de igual características. 

¿Por qué presiden el altar el Cristo del Amor y la Virgen del Mar?
Hemos querido que esté presente la Patrona de Almería porque es una advocación que nos aglutina a todos. Y el Cristo del Amor, precisamente por ese título que lleva, del Amor, porque el testimonio de los mártires son testimonios de amor. No son de ninguna otra índole. Nuestros mártires murieron por amor a Jesucristo. Por amor a la Iglesia y murieron, precisamente, por amor a sus propios verdugos. Cuando uno lee el relato de los mártires se da cuenta de que en la inmensa mayoría murieron perdonando a sus verdugos. 

¿Dónde van a estar los restos de los mártires?
Ya tenemos preparada la que será la capilla martirial de Almería, que va a estar ubicada en la cripta que ya está remodelada de la iglesia de Las Salinas de Cabo de Gata. Esta iglesia tiene debajo del altar una cripta, que no se ha llegado a estrenar jamás, y ahí se va a ubicar la capilla martirial de la diócesis de Almería, donde van a reposar los restos de nuestros mártires. Ahora tenemos también que remodelar la capilla martirial que va a haber también en la Catedral de la Encarnación, donde se van a conservar reliquias de todos nuestros mártires. Ahora mismo, los que están allí son los dos obispos, el de Guadix, Manuel Medina Olmos; y el de Almería, Diego Ventaja; y los seis hermanos de La Salle. Ahora hay que sumar los 115 que tenemos. 

Como vicario general de la diócesis, ¿qué mensaje transmite a los fieles?
Que nos uniéramos todos en un mensaje de acción de gracias al Señor por el testimonio de estos hermanos que dieron su vida por la causa del Evangelio. Que nos preparemos bien para este día, para vivir solemnemente la beatificación. También pediría a todos que no olvidemos a nuestros mártires; que una vez que pase la beatificación de este sábado, los sigamos teniendo presentes en nuestra vida.