Una lección de la compañía pública andaluza

El LIII Festival se arrancó por derecho con ‘Naturalmente flamenco’

Úrsula López, responsable del Ballet, junto con los cuatro bailarines en la seguiriya.
Úrsula López, responsable del Ballet, junto con los cuatro bailarines en la seguiriya.
Jacinto Castillo
07:00 • 14 jul. 2019

El LIII Festival  Flamenco y de Danza de Almería arrancó por derecho. El Ballet Flamenco de Andalucía (BFA) asumió la responsabilidad de izar el telón del programa con el espectáculo ‘Naturalmente Flamenco’,  fundiendo la técnica, el temperamento artístico y la inspiración en un depurado y preciso concepto escénico . 



El Flamenco es lo que es, pero también es Danza, algo que siendo evidente no siempre se entiende de esta manera, incluso por parte de reputados artistas. 



‘Naturalmente Flamenco’ es un excelente ejemplo de lo que una compañía pública debe afrontar: un excelente nivel técnico en el cuerpo de baile y en los solistas y un repertorio que pueda ser entendido como una referencia.



El público no se pudo contener los aplausos en varios momentos, antes de que concluyeran las piezas. Un público estrechamente vinculado a la Danza y al Flamenco  en su mayor parte, que valoró en su justa medida esta primera jornada del Festival.  



Siete cuadros



El  BFA desarrolló en los siete cuadros de esta propuesta otras tantas creaciones en las que se alternan como corógrafos su anterior director Rubén Olmo y la actual responsable de la compañía, Úrsula López. El resultado, un ejercicio rotundo y precioso que buscó la esencia de palos fundamentales para culminar en un ejercicio inspirado en el folklore de Morón que recordó la feliz convivencia entre dos mundos, el flamenco y el folclórico. 



Todo comenzó con una pieza a modo de suite titulada ‘Tuétano’ en la que se sucedieron romances, bulerías y jaleos resuelta con una delicada expresividad y un interesante tratamiento escenográfico. Algo de aquellos colmados flamencos de otros tiempo flotaba en el escenario mientras la compañía al completo ponía al patio de butacas de su parte nada más comenzar la representación.



Una especial mención merece la pieza ‘En soledad’, creación de Úrsula López  interpretada en solitario por Borja Cortés. Esta farruca puso en evidencia que el Flamenco tiene sus propias formas de evolución estética, sin perjuicio de su entendimiento con otros ámbitos coreográficos.


Los tientos bajo el título ‘Piel y arena’ ofrecieron un intenso ejercicio de compás y de equilibrio entre la individualidad y el grupo de bailarines, lo cual es una faceta interesante de esta compañía.  


‘Raíz’ fue de otras las piezas destacadas del programa. A partir de la seguiriya. Úrsula López interpretó este palo fundamental, partiendo de la contundente simplicidad del compás para desarrollar después toda la riqueza expresiva de esta creación de Rubén Olmo.  ‘Dulce caña’, desplegó toda la belleza antigua  que siempre evoca este palo, endulzado a base de plasticidad y de fuerza emocional


Las ‘Alegrías de Córdoba’ partieron al cante y al baile del origen atribuido a las alegrías, es decir, la jota. Un valioso alegato del que partió después toda una demostración de como el Flamenco es el rompeolas de casi toda la herencia cultural española.

       

Acompañamiento

No hubiese sido posible un espectáculo tan brillante sin el toque, la percusión y el cante de los artistas que acompañaron al BFA. Especialmente,  los guitarristas Juan Torres y Pau Vallet, creadores de las siete composiciones. 


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