Vitivinicultores por un día para conservar la tradición en Laujar

Laujar de Andarax es, desde tiempos inmemoriales, tierra de buenos vinos. Y desde finales del siglo XX, en sólo dos décadas se ha pasado de la elaboración del tradicional clarete, muy apreciado entre las gentes del lugar, a la producción de magníficos caldos capaces de competir con otros en las mejores lides del ámbito nacional e, incluso, internacional.

En este contexto, dentro de las actividades programadas para el presente curso en el C.E.I.P. ‘Nuestra Señora de la Salud’, de esta localidad, va tomando carta de tradición la iniciativa ‘La vendimia en nuestro pueblo’. En ella, el equipo del Segundo Ciclo se plantea como objetivo fundamental que su alumnado conozca su propio patrimonio artístico, cultural, culinario y enológico, para valorarlo y continuar con la tradición, evitando, en la medida de lo posible, repetir la historia de muchos de sus padres, que hubieron de salir a buscar el sustento lejos de su localidad, en otros sectores productivos.

Con sus propias manos
En la actividad desarrollada se ha contado con la participación de la Asociación de Amigos del Vino ‘La Gabiarra’, la cual, de manera totalmente desinteresada, ha puesto a disposición del centro a dos destacados miembros de su Junta Directiva. Además, ha colaborado el profesorado del Colegio para que los alumnos pasen dos horas “aprendiendo de forma divertida”.

En primer lugar, los participantes se desplazaron a una viña ubicada en el espléndido paraje de la vega laujareña, donde se les explicó todo el proceso que transcurre desde la plantación y el cultivo de la vid, hasta la vendimia y la poda, de la que recibieron las nociones básicas de una manera completamente práctica y lúdica.

Luego recogieron con sus propias manos, y saboreado, uvas de la variedad Syrah, y a continuación se desplazaron a una bodega familiar. Primero estuvieron en el lagar, y allí se les explicó el proceso de la elaboración del vino, familiarizándose con vocablos como despalilladora, prensa, capacha, bomba...

Pero hay más: aprendieron cómo se desarrolla el proceso, pues vieron con sus propios ojos cómo, de una pequeña prensa, salía un sabrosísimo zumo de uva, o mosto, que ha supuesto para ellos un auténtico deleite. Finalmente, los participantes pasaron a la bodega, donde presenciaron el proceso de fermentación, lo que nuestros antepasados denominaban ‘hervir’, por el burbujeo incesante e hipnótico del mosto.

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