“Niño, estudia y vete del pueblo”. La Asociación Enarmonía se ha propuesto que esta frase tantas veces pronunciada en entornos rurales pase a formar parte del pasado. Y el ahínco con el que trabaja para conseguirlo, a través de su proyecto ‘Educar en paisaje’, le acaba de valer un reconocimiento cuando apenas ha cumplido un año de vida. Se trata del sexto Premio Nacional Huertos Educativos Ecológicos.
‘Educar en paisaje’ surgió en septiembre de 2018 para cubrir dos necesidades: la ausencia de asignaturas en las escuelas que pongan en valor el papel clave de la agricultura en nuestro territorio y el desconocimiento de la identidad asociada a ese entorno rural por parte de los alumnos.
“Los niños relacionan la pobreza con la marginalidad y si queremos que el campo tenga futuro, tenemos que dignificar la vida que va asociada a él; es necesario dar valor a los paisajes agrícolas en los colegios”, explica a LA VOZ Belén Sánchez, la ‘pata’ almeriense de esta iniciativa que aúna a otros tres jóvenes: Loli Masegosa, David Guerrero y Javier Moreno. Los cuatro cubren el Altiplano estepario de la Península Ibérica, que abarca parte de las provincias de Almería, Granada y Murcia.
Según Sánchez -ambientóloga natural de Oria-, lo que no tiene sentido es que un niño sepa hacer divisiones infinitas, si luego desconoce de qué vive su pueblo. “Intentamos romper con lo que nos han dicho a todos los jóvenes de mi generación: ‘Niño, estudia y vete de aquí’. No tenemos que irnos, tenemos que dignificar nuestro entorno”, sentencia.
Experiencia
Entre las actuaciones que ya han puesto en marcha desde la Asociación Enarmonía destaca la creación de una comisión permanente de educación. Un grupo de unas 35 personas que se han reunido y han puesto sobre la mesa asuntos como por qué las escuelas rurales se están convirtiendo en algo marginal. “Sentamos a directores, padres y madres, colectivos sensibilizados, antiguos profesores que en su momento transmitían el valor del entorno, políticos, gestores... E intentamos visualizar por qué hay centros que hace treinta años tenían 40 alumnos y ahora no llegan a cinco, a ese pueblo le están quitando la posibilidad de que avance”, reflexiona la joven.
Otro de los puntales de ‘Educar en paisaje’ tiene que ver con el emprendimiento porque “para dignificar el territorio, hay que acabar con el miedo y romper con esa mentalidad de para qué intentar montar algo en un pueblo de mil habitantes”. “Porque es la forma de levantar tu tierra, no tienes competencia y constituye un reto personal”, concluye.
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