La Confluencia presentó en la noche del pasado sábado la culminación del proyecto escénico ‘Prófugas’ con la representación del montaje final en el Teatro Apolo, cuyo patio de butacas y palcos completaron su aforo para disfrutar de este díptico de teatro danza que fusiona distintos lenguajes y cuya dirección y dramaturgia han sido desarrolladas por Ascensión Rodríguez.
Desde que se presentara el primer avance de esta obra bajo la forma de teatro leído en la Biblioteca Villaespesa, La Confluencia ha trabajado en ‘Prófugas’ perfeccionando esta obra que se compone de dos piezas muy distintas de enfoque pero interrelacionas por el tratamiento escénico y por la conexión argumental profunda que existe entre ambas.
Las dos partes
La primera parte, ‘N392 Camille Claudel’ con texto de Germán Giménez, aborda la tragedia de la mujer que padeció la tiranía del genio artístico de su amante, Auguste Rodin y el desprecio de la sociedad de la época, que entendía a la mujer como un mero objeto de consuelo sexual y emocional.
La bailarina y actriz Leticia Valle encarna a la modelo que acabó sus días internada en un manicomio, deseando la muerte. Creadora e intérprete de las coreografías que desempeñan un papel esencial en ‘Prófugas’ Leticia Valle dialoga virtualmente con la voz en off del actor Jesús Herrera.
El músico y artista múltiple Chencho Nzo interviene como partenaire de la bailarina, intercalando sus aportaciones con la percusión o con actuaciones en clave de performance.
Segundo texto
La otra pieza del díptico, ‘Diario de una prófuga’ a partir de un texto de Juana Escabias, explora la angustia y la reacción de una mujer que pierde a su marido y que asume la dura travesía de la soledad, que ni la sicología ni los tópicos sociales sobre la muerte le sirven de nada.
En la segunda pieza, Ascensión Rodríguez da vida a esta mujer atrapada entre la presencia onírica del compañero muerto y la soledad real. Una contradictoria experiencia vital que la directora y actriz convierte en uno de los elementos más destacables de la obra, acompañada por Antonio Gómiz en distintos roles.
Música de Cidrón como envoltorio
Los distintos elementos que componen las dos piezas de ‘Prófugas’ están entrelazados por la música de Juan Manuel Cidrón, que convierte la escena en un espacio emocional, al mismo tiempo que desempeña un papel fundamental en lafaceta coreográfica del montaje. El piano y la creatividad sonora de Cidrón alcanzan un momento álgido cuando suenan sus delicadas cajas de música sincronizadas.
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