Hay viviendas en nuestra ciudad que aún resisten el paso del tiempo, manteniéndose intactas algunas, y otras sin embargo, se encuentran en estado ruinoso y apenas muestran el esplendor que tuvieron en el pasado.
Estas casas no son solamente una fachada, un interior, un balcón o una bonita puerta. Son casas que fueron vivienda de alguien. Personas que las construyeron y que las habitaron, y que contribuyeron a embellecer una Almería que crecía, que se ensanchaba, que alineaba sus calles, y en la que la burguesía, enriquecida por el comercio minero y de la uva, mostraba su poderío, su nivel, y su elegancia, en la construcción de estas viviendas. El exterior se ajustaba a las normas de la Comisión Ornato, y el interior se decoraba elegantemente, con arcos, columnas, alfombras, estatuas, techos pintados (algunos de ellos decorados por Carlos López Redondo, que fue el artífice de la construcción del instituto Celia Viñas, y decorador de muchas casas de la burguesía almeriense).
Una de esas casas que aún se conserva prácticamente igual que se construyó, al menos exteriormente, es la casa de Miguel Fernández de Beloy.
Miguel Fernández de Beloy fue nombrado alcalde de Almería el 24 de Noviembre de 1863, cargo que ocupó hasta el 7 de mayo de 1864.
Por Real Orden de esa fecha, la Reina Regente dispuso que se estableciera en la capital una Alcaldía Corregimiento, nombrando para que lo desempeñe, “sin sueldo ni emolumento alguno” al Sr. Fernández de Beloy, que en ese momento era concejal del ayuntamiento. La Reina traslada al ayuntamiento el nombramiento, a fin de que al día siguiente, a las 12 del día, se reúna la corporación para que tome posesión del Corregimiento el nuevo alcalde, pasando a ser 1er. Teniente de alcalde, 2º D. Manuel Hernández, 3º D. Mariano Álvarez, y 4º D. José de la Cámara, quedando de Regidor D. Antonio Durán. Fue de nuevo alcalde el 1 de Enero de 1865, hasta el 14 de julio de 1866, que pidió ser destituido. Murió el 13 de Julio de 1876.
En la prensa de la época daban la noticia refiriéndose a su persona como “rico propietario, ex alcalde de esta ciudad y Consejero Provincial, que ha sido. Persona de excelentes prendas de carácter, disfrutaba de grandes simpatías”. El 27 de Julio, en la Iglesia de San Pedro, a las diez de la mañana, se celebró el funeral por su eterno descanso.
El 8 de agosto de 1866, presenta un proyecto para construir una casa en la calle de Jovellanos, esquina a calle de Las Tiendas. El proyecto contemplaba reedificar la posada de su propiedad, nombrada “Del Catalán”. La alineación de la nueva casa sería en la calle de Las Tiendas la misma que la marcada por la antigua posada, y por la calle de Jovellanos, la marcada hacía unos años por la posada antigua “Del Capricho”. Como mejora, haría desaparecer los dos pequeños ángulos que afeaban aquel sitio, con objeto de regularizar toda la línea mejorando el ornato de aquella parte de la población.
El proyecto fue aprobado, con arreglo al plano presentado, respetando las líneas descritas y guardando la paralela en la calle de Las Tiendas con la casa de enfrente, propiedad de D. José Cassinello (anteriormente de D. Vicente Rodríguez), respetando la anchura de la calle.
La nueva línea por la calle de Jovellanos, que contemplaba el desmonte de los dos pequeños ángulos, suponía la destrucción de un muro frontal que estaba en buen estado. Además debía adquirir una pequeña faja de terreno de 14 centímetros, por la que tendría que pagar 10 escudos, es decir, un total de 140 escudos. El daño causado por la destrucción del muro suponía una mejora para la calle, por lo que el ayuntamiento decide compensar a Beloy con 180 escudos, por lo que quedaba un saldo de 40 escudos a favor del dueño, a cuya indemnización renunció generosamente, en alivio de los fondos municipales.
Firman el documento Antonio Durán, Carlos E. Martínez, y Joaquín Cabrera, y se concede licencia para la construcción de la vivienda, el 28 de agosto del mismo año. El plano lo firma el arquitecto Joaquín Cabrera. Como he comentado, actualmente el edificio existe, y en su parte baja se encuentra la cafetería La Chumbera, regentada por Ramón Rodríguez, un lugar, que dicho sea de paso, nos sirve de lugar de encuentro a los que nos reunimos para hablar de patrimonio y otras “cosicas de Almería”.
Beloy ya tenía una vivienda en la calle Real, 3, que también se conserva en la actualidad, en el tramo peatonal que baja desde la calle de Las Tiendas, junto a la Joyería Alfonso. Es en 1861 cuando solicita reformar la fachada de esta vivienda. La reforma fue aprobada por la Comisión de Ornato, firmada por Francisco Jover y Domingo Lafuente.
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