El pasado 31 de marzo fallecía en Estrasburgo el almeriense Rafael Gómez Nieto (Adra, 1921), último superviviente de la célebre 9ª Compañía que liberó París el 24 de agosto de 1944. La Nueve, como es conocida, fue una unidad militar compuesta en exclusiva por unos 150 soldados republicanos españoles.
Esta unidad batalló a las órdenes de las Fuerzas Francesas Libres comandando por Charles de Gaulle y se granjeó la fama de unidad aguerrida y valiente en las distintas campañas africanas que llevaron a cabo en 1943. Los españoles mostraron su experiencia de combate, adquirida en nuestra propia guerra, al ser fundamentales en la liberación de la ciudad libia de Trípoli y en las conquistas de Al-Qatrun o Fezzan.
Tras meses de guerra en África, y una vez las fuerzas del Eje derrotadas, las fuerzas aliadas ponen el punto de mira Europa: había llegado la hora de combatir al mismísimo Hitler en su propio terreno. La Nueve y el resto de fuerzas francesas son acantonadas en Marruecos. Tras varias semanas de descanso y puesta a punto, en abril de 1944 son trasladados a Inglaterra.
Combatientes en Europa
El tiempo parecía discurrir lentamente en suelo inglés y la rutina de entrenamiento diario y técnicas de combates exasperaba a los españoles. No en vano venían “haciendo la guerra” desde 1936, habían conocido los campos de concentración franceses y habían luchado ya contra los nazis.
Los soldados españoles, dirigidos por el general Leclerc desde África, quedan encuadrados dentro de la II División Blindada con los mismos compañeros de batalla desde África. Al mando de La Nueve quedará el coronel Raymond Dronne. Tanto Leclerc como Dronne y los españoles tendrían el mejor de los recuerdos entre sí.
Para decepción de los orgullosos y aguerridos españoles, la II División Blindada no iba a participar en el Desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944. Tras semanas de tediosa espera, La Nueve pisaría suelo francés el 4 de agosto. La II División Blindada avanzaba lenta pero constante por Normandía. Por el camino se encontraron algunas pequeñas escaramuzas que se saldó con algún herido de la Compañía y varios prisioneros alemanes.
Pero la batalla no estaba lejos. Antes de París, La Nueve fue decisiva para despejar el camino hacia la capital francesa. En Écouché, a 200 km de París, se libró una de las batallas decisivas para replegar a la Wehrmacht a tierras alemanas. Las fuerzas aliadas tenían conocimiento de que una parte del ejército alemán estaba apostado en esta localidad y mandaron a La Nueve como fuerza expedicionaria. Era el 15 de agosto.
Así fue la batalla
La avanzadilla de la II División Blindada llegó al este de Écouché y se cercioraron de estudiar detalladamente a las fuerzas alemanas. Las informaciones eran ciertas: una fuerte unidad estaba apostada en el interior como en las afueras del pueblo. Había que actuar. Había comenzado la Batalla de Ecouché.
Los españoles ocuparon rápidamente las granjas y los edificios de las afueras. Mientras llegaba los tanques de apoyo, los españoles fueron avanzando por las calles con muchas dificultades bajo el incesante fuego enemigo. La llegada en tropel de la II División Blindada igualaba las fuerzas. El avance era lento pero contundente. Por el este un grupo de las SS y varios tanques intentan huir. Son fulminados por varios tanques de La Nueve. Poco a poco se van haciendo con las posiciones estratégicas y evacuando a la población hacia posiciones más seguras.
En el combate se han producido las primeras bajas de soldados españoles. Al anochecer gran parte de la zona está bajo control aliado. Los disparos nocturnos desvelan la posición alemana: están mucho más cerca de lo que pensaban.
A la mañana siguiente se produce un gran contraataque alemán: las fuerzas de la II División pierden posiciones y se repliegan. Los combates son terroríficos: se lucha casa a casa, calle a calle. La Nueve resiste de forma heroica en varios edificios en primera línea, soportando el cañoneo de los panzers alemanes.
Ese mismo día capturan a una decena de soldados nazis que le revelan varias posiciones de la línea de tanques. Se reorganizan. Varios integrantes de La Nueve se dirigen a combatirlos: con metralletas y bombas de mano consiguen parar el avance alemán y dan cobertura y tiempo para que lleguen las semiorugas de la Blindada, que terminan de destrozar a los panzers.
El 17 de agosto siguen los combates igualados. La mañana del día siguiente, La Nueve y la Blindada recuperan posiciones y hacen decenas de prisioneros. Esa misma noche del 18 de agosto los soldados españoles vuelan por los aires a cuatro tanques alemanes Mark IV y varios camiones repletos de soldados que venían a apoyar las líneas alemanas. Por fin, en la tarde del 19 de agosto, llegan fuerzas inglesas de apoyo. Tras varios días de combates infernales, las fuerzas aliadas liberan Écouché.
Al día siguiente Hitler ordena el repliegue de sus tropas hacia Alemania. El avance aliado fue posible gracias a varias victorias decisivas en Normandía, en la llamada Bolsa de Falaise. Una de aquellas victorias fue la de Écouché. El final de las operaciones de Falaise dejó la cifra de 50.000 prisioneros y más de 6.000 fallecidos. 150 de aquellos prisioneros fueron hechos por La Nueve.
Después de Écouché, la II División Blindada se dirigió a Paris. El 24 de agosto La Nueve se apoderaría del Ayuntamiento y liberó la ciudad. El 21 de noviembre libera Estrasburgo. Los primeros en entrar sería un destacamento de la II División Blindada y un destacamento norteamericano. El 5 de mayo de 1945 entraban en el Nido de Águilas de Hitler, en Berchtesgaden.
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