Maestra de toda la vida -los últimos veinte años antes de su jubilación en el CEIP Los Millares de la capital-, Mª Isabel Orland no es de las que se pone de perfil. Por eso no pudo negarse cuando le ofrecieron presidir el Teléfono de la Esperanza en Almería. La ONG cumple este año medio siglo a nivel nacional y 21 años en la provincia, donde cuenta con alrededor de 40 voluntarios.
Llevan 21 años cuidando de la salud emocional de los almerienses, ¿qué balance hace?
En Almería en estos 21 años hemos atendido 27.000 llamadas motivadas por situaciones de soledad y crisis personales y familiares. También hemos llevado a cabo más de 4.000 entrevistas personales a cargo de nuestro equipo de psicólogos, orientadores y abogados.
Además, hemos ido a centros educativos y de servicios sociales a dar charlas y hemos organizado 350 talleres, y 200 cursos para la mejora de la salud emocional y las situaciones de crisis.
Con la crisis sanitaria nuestra salud emocional está contra las cuerdas. ¿Cómo les ha afectado?
La pandemia ha multiplicado las peticiones que nos llegan, pero también ha cambiado nuestra forma de trabajar. Antes, nuestros orientadores atendían el teléfono desde la sede y ahora lo hacen desde su casa. Y una cosa nueva es que estamos más conectados a nivel nacional, de modo que si una persona llama a una sede y las líneas están ocupadas, esa llamada salta de forma automática a otra y ninguna persona se queda sin recibir esa escucha empática a través de la que intentamos ofrecer las herramientas para que se tome conciencia de los problemas.
Me decía que se han multiplicado las demandas de ayuda...
Se ha dado una gran paradoja. Por un lado, las demandas de ayuda han crecido en un 353 por ciento y las entrevistas personales en un 305; sin embargo, por otro, los pocos ingresos que recibíamos han disminuido porque nos llegaban a través de la organización de talleres y actos solidarios y ahora lo presencial no puede darse.
Nuestra labor social no se ha visto resentida, han sido meses de estar todo el día al teléfono atendiendo a personas, pero necesitamos más voluntarios y apoyos.
¿En qué consiste el programa ‘Comparte vida’, que han puesto en marcha?
Da respuesta inmediata a las emergencias sociales porque esta pandemia ha traído una sensación de angustia muy grande. También seguimos con el acompañamiento en la soledad para mayores y la prevención del suicidio.
El suicidio sigue siendo un tabú. Según su experiencia, ¿cuál es la forma más efectiva de atajarlo?
Sigue siendo un tabú aunque ya se empieza a hablar más de él. Nosotros tenemos un día dedicado a su prevención y recibimos muchas llamadas de gente que nos dice que se va a suicidar, aunque a veces son falsas alarmas. A estas personas se les va haciendo reflexionar sobre sus seres queridos y, en casos muy extremos, se llama el 112 para que pueda actuar.
Mencionaba la soledad, uno de los males de nuestros días...
Sí, hay dos situaciones de soledad: personas que están solas y directamente necesitan hablar y calor humano y otras que están con su familia, pero que se sienten solas y no son capaces de pedir ayuda a su entorno. Las nuevas tecnologías hacen que jóvenes y menos jóvenes den un perfil en las redes sociales cuando la verdadera realidad es que se encuentran solos y sin metas.
A una persona que necesite ayuda y nos esté leyendo, ¿qué le diría?
Le recomendaría que nos llame, que es gratis y anónimo, y en caso necesario le derivaremos a un profesional, a un psicólogo. Pero lo importante es que se abra y se deje ayudar.
¿Aún nos da pudor ir al psicólogo?
Eso está cambiando. Antes nos escondíamos para ir. Pero hay momentos en la vida en que nos descolocamos y es necesario remover un poco el interior.
Han conseguido que la Reina Letizia presida el 50 aniversario del Teléfono de la Esperanza a nivel nacional, ¿qué supone para la organización?
Nos va a dar mucha visibilidad después del palo de que la pandemia haya cambiado todos nuestros planes para este aniversario. Cada provincia tiene sus padrinos y en Almería hemos elegido al cantante David Bisbal, la periodista Isabel Giménez y el fotógrafo Carlos Pérez Siquier.
Los actos comenzarán el 12 de marzo con un gran acto en Sevilla y terminarán en noviembre en Madrid con la primera edición de los Premios Teléfono de la Esperanza.
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