Director de cine, guionista, productor y desde ahora director teatral. El almeriense Manuel Martín Cuenca ha estrenado este fin de semana en el Teatro Lope de Vega de Sevilla ‘Un hombre de paso’, su debut al frente de un montaje escénico. El proyecto ha supuesto, además, su reencuentro profesional con dos viejos amigos y conocidos: Felipe Vega, autor del texto, con quien el director de ‘La hija’ dio sus primeros pasos como cineasta en ‘El mejor de los tiempos’, rodada en Almería a finales de los ochenta, y Antonio de la Torre, uno de los protagonistas de la obra, a quien ha dirigido en filmes como ‘La mitad de Óscar’, ‘Canibal’ y ‘El autor’.
‘Un hombre de paso’, una “crítica y personal reflexión contemporánea sobre la memoria y el Holocausto”, según se explicó en la capital hispalense en la presentación de la obra ante la prensa, marca también el regreso a las tablas de Antonio de la Torre tras una década sin hacerlo: la última vez fue, curiosamente, con el texto de otro almeriense, ‘Grooming’, de Paco Bezerra. Los intérpretes cordobeses María Morales y Juan Carlos Villanueva (el comisario de ‘La hija’) acompañan al malagueño sobre el escenario en el montaje.
La obra, que ofrece en Sevilla un total de cinco representaciones desde su estreno absoluto, el pasado jueves 27, hasta este domingo 30 de enero, comenzará la próxima semana su gira nacional. Lo hará en Madrid, donde podrá verse en las Naves del Teatro Español en Matadero desde el 3 al 20 de febrero.
Personaje poliédrico
En ‘Un hombre de paso’, Antonio de la Torre encarna a Maurice Rossel, un personaje “enigmático y poliédrico” hecho a su medida: un antiguo miembro de Cruz Roja Internacional durante la Segunda Guerra Mundial que, por azar, logra entrar en Auschwitz y hablar con el comandante del campo.
Acerca de su “controvertida versión” de lo que allí vio como observador y moviéndose con libertad es entrevistado en el bar del hotel Roma, en Turín, por una incisiva periodista (María Morales) que le empuja a decir la verdad y a asumir las consecuencias de su contradictorio e inconsistente testimonio.
De la entrevista será testigo Primo Levi (Juan Carlos Villanueva), escritor de reconocimiento mundial, químico de profesión y superviviente del campo de exterminio de Auschwitz que completará el triángulo como “testigo privilegiado” de la charla, aportando una lucidez que servirá de contrapeso para “proclamar el horror” del que, como él, no quiso ni pudo escapar de aquel infierno.
De este modo, la obra enfrenta dos experiencias “radicales y opuestas” que obligan al espectador a cuestionarse el papel de la memoria (¿qué podemos recordar y por qué lo hacemos?, ¿Qué somos capaces de negar e imaginar?, ¿Qué queremos recordar y para qué?) y a cómo afrontamos las experiencias.
“El personaje de Rossel abre un sinfín de preguntas: a pesar de que él dice no haber visto nada, no podemos saber si es que realmente no vio, no quiso ver o, quizás, se limitó a no ver”, reflexionaba durante la presentación Manuel Martín Cuenca. “Es una historia sobre dos personajes históricos y uno inventado en la que se pone de manifiesto lo que hacemos muy a menudo los seres humanos: negar la realidad y mirar para otro lado”, apostillaba después a Canal Sur.
Para el cineasta almeriense, el texto de Felipe Vega (inspirado en el documental ‘Alguien vivo pasa’, de Claude Lanzmann) consigue acercar al espectador al terror del Holocausto desde una óptica “tremendamente contemporánea” en una atmósfera desnuda, tensa y sofocante, con un decorado casi inexistente en el que solo interviene la luz.
A por dos premios Carmen por ‘La hija’
Cuando ‘Un hombre de paso’ se despida el domingo del Teatro Lope de Vega de Sevilla, el malagueño Teatro Cervantes acogerá la gala de los I Premios Carmen de la Academia de Cine de Andalucía. ‘La hija’, el último filme de Manuel Martín Cuenca, opta a seis galardones, entre ellos mejor dirección y mejor guion.
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