Pilar Guerrero (52), natural de Almería, es arquitecta por la Universidad de Navarra. Actualmente trabaja en urbanismo como funcionaria de la Administración local. Sin embargo, esto no le ha frenado en su apuesta por reforzar una de sus mayores aficiones, la fotografía. Exposiciones en Dinamarca, Granada, Pamplona, Zaragoza y Almería hasta ahora visibilizando el paisaje almeriense más cotidiano y quizá menos valorado. A través de una mirada más profunda, ha conseguido mostrar otra belleza de la provincia al exterior.
¿Es la arquitectura tu vocación y la fotografía tu afición?
Sí, absolutamente. La fotografía siempre ha sido mi afición, lo que pasa que en los últimos años me he podido dedicar un poco más a esto y a poder desarrollarla fuera del ámbito familiar, es decir, presentar proyectos, exponer... Quizá un poco más 'en serio'. Me lo paso fenomenal y me encanta. Realmente la arquitectura y la fotografía tienen en común que ambas trabajan con la luz. La fotografía es escribir con la luz y en la arquitectura, de alguna manera, es el alma del espacio, define luces y sombras. Por ello, todo lo que es creativo pues está relacionado, porque contribuye a todo lo que llevas dentro. En realidad no quiere decir que tengamos apartados estancos, sino que todo lo que llevamos dentro, va saliendo.
¿Qué mundo ves a través de la fotografía que antes no percibías?
Me parece muy interesante esa pregunta porque a mí realmente en lo que me ha ayudado la fotografía es en 'la mirada de la realidad'. La fotografía son miradas a la realidad, hay tantas como sensibilidades o personas. Todas son complementarias, y a mí lo que me interesa es la capacidad que tiene la fotografía de descubrirnos la belleza de las cosas que nos rodean, de las cotidianas, de las que tenemos en nuestro entorno. Las hemos visto muchas veces porque son cotidianas, e incluso muy vulgares e insignificantes a priori. Y a mí la fotografía lo que me ha aportado es aprender a mirar o a detenerme a mirar estas cosas como si no las hubiera visto antes. Mi fotografía se dirige mucho a mis cosas cercanas. No son fotografías o paisajes espectaculares. Aparentemente son cosas feas y muy vulgares, y por eso la fotografía te aporta otra belleza.
En tu primer proyecto 'A pie de obra' en 2015, los materiales de construcción tienen todo el protagonismo, ¿en qué momento surge el interés por fotografiar estos elementos que a priori no parecen suscitar ?
Llevaba mucho tiempo yendo a obras, y el hecho de ir mirando con una mirada fotográfica dejándote sorprender por la emoción visual, de repente me hizo pararme en cosas que no me había parado. Esto surgió con mi primer proyecto fotográfico 'A pie de obra' después de ir a varias obras. También he de decir que yo no era la directora de obra, y por ende no iba con la responsabilidad que requiere un director de obra y también un poco más relajada. Además, yo ya había empezado a preparar los proyectos fotográficos, y de repente los encofrados y los puntales que hay en este proyecto son los moldes de hierro en los que se vierte el hormigón. Las estructuras de hormigón se les pone unos moldes porque el hormigón es líquido, entonces cuando lo echas tiene que haber unos moldes para darles forma y aguantar la estructura hasta que pasan unas varias semanas y ese hormigón está sólido y puedes quitar el molde. Pero cuando lo quitas, estos encofrados están tirados en el suelo, acopiados a pie de obra. Son cosas que no están hechas ni para mirarlas, ni para ser bonitas. Están oxidados, viejos, manchados, sucios. Pero al usar la mirada fotográfica, me di cuenta de lo bonito que era el óxido, las manchas de hormigón... Y esa es la sorpresa de la fotografía cuando estableces una comunicación con lo que ves.
Esta claro que de alguna manera la fotografía, sea cual sea, invita a la reflexión de las cosas más banales
Estamos muy acostumbrados a lo intelectual. De hecho cuando vamos a un museo enseguida queremos saber el autor, el movimiento... Pero no nos dejamos sentir, y eso requiere un poco de tiempo, de conversar. Nos cuesta conversar con las cosas cotidianas. Estamos dispuestos a viajar a ciudades que no hemos visto y nos dejamos sorprender. Pero nos dejamos sorprender porque lo que tenemos en el día a día, cerca de nosotros, requiere pararnos un poquito. Yo creo que merece la pena porque lo que se descubre es sugerente.
Estamos acostumbrados a categorizar tajantemente qué es o no arte, y realmente arte es lo que emociona a una misma
Es verdad que es muy importante lo que llevamos dentro, educar la mirada y la sensibilidad. Por ejemplo si escuchamos una canción o vemos una pintura que no conocemos, nos puede emocionar. Incluso si profundizas y conoces la técnica, puedes disfrutar aún más. Pero esa primera emoción, sí que se puede sentir.
¿Qué sentiste al ser la primera vez que exponías con 'A pie de obra' de 2015?
Mucha satisfacción. Es una cosa que no sabes y de la que se aprende mucho. Hacer fotografía, muy bien, pero el exponerlo, montarlo y hacer como un libro conlleva su técnica, y hay que aprender. También hay mucha emoción. Además, imagino que como a otros artistas, también les gustará comunicar su arte, porque el arte es comunicación. Me encanta enseñarlas y que a la gente le sugiera cosas, que se hayan emocionado o que compren algunas de mis fotografías y las tengan en casa. Para mí es exponer es un reto porque la gente te va a ver y va a opinar, y de alguna manera te expones a la opinión y a la crítica de los demás. Aunque siempre entiendo que las críticas son constructivas. Además, yo no esperaba poder ahondar en la fotografía así, y para mí fue muy emocionante exponer por primera vez, al igual que el resto.
Después presentaste una primera selección del trabajo, 'Geometrías urbanas', ¿representa este trabajo la perfección de formas y colores de las ciudades?
Es un paisaje urbano de Almería llena de medianeras. Es una mirada a este paisaje urbano tan caótico que tenemos, rincones de Almería y de pueblos cercanos. De repente tienes un edificio de diez plantas, uno de dos y luego otro de tres. Constantemente ves unos paredones, unas ventanitas, una chimenea y una antena. Todo es muy desordenado. En este caso, lo que he intentado es buscar el orden, la relación que se establece entre los distintos elementos, que son diferentes pero que están mezclados en el paisaje. A mí, por mi formación de arquitecta, busco las geometrías y la composición. Hay mucha gente que cuando ve mis fotos piensan que son pinturas. Son muy abstractas y simples.
Finalmente 'Envolventes' en 2018, tu último trabajo sobre paisajes de invernaderos del campo almeriense
Este último trabajo lo expuse en la Universidad de Navarra en 2019 y allí tuve que explicar lo que era el paisaje del campo almeriense, que es rural pero a la vez construido. Son más de 30.000 hectáreas de invernaderos de plásticos. Nosotros tenemos la imagen de un invernadero de algo muy duro, muy monótono. Da igual para donde mires que no se acaba el plástico. A mí me contaron una anécdota y fue lo que me llevó a hacer este proyecto. Un agricultor del Poniente que se casaba contrató a un fotógrafo para hacer el típico video y fotos de bodas. La única condición que le puso al fotógrafo es que le hiciera las fotos en su invernadero. A mí me pareció increíble y pensé, este chico está enamorado de su invernadero y lo ve bonito, está orgulloso. Entonces yo pensé en mirar el invernadero y descubrir que no era lo que había visto. Yo me puse la condición de no entrar dentro de ninguno y he ido por caminos públicos que todo el mundo puede ir. Resulta que los invernaderos son dorados, plateados, transparentes, translúcidos, con zonas oxidadas... Hay una riqueza visual e inmensa en los invernaderos. Para mí era insospechada.
De alguna manera has sabido sacar la belleza desconocida de Almería
Siempre llego a la misma conclusión en cuanto a lo que me aporta la fotografía. El invernadero es una cosa muy vulgar aquí y muy visto, el entorno urbano casi todo es en Almería... Al final no hay que irse muy lejos para descubrir cosas bonitas y la belleza de un lugar para dejarnos emocionar. No hace falta irse a otros sitios, en Almería hay mucho por descubrir gracias a la belleza que tenemos.
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