El hombre que mató a Billy el Niño

Esta película se rodó en 1966 como coproducción hispano-italiana se rodó en 1966. El protagonista aparece en innumerables títulos por el reclamo del imberbe matón atrevido del oeste americano convertido en mito y leyenda. En este caso Billy El Niño, encarnado en el actor Peter Lee Lawrence visitó escenarios naturales y decorados de Roma, Trieste, Madrid y Almería.  Es una versión sin pena ni gloria de la conocida y manida historia de Pat Garret, que tiene más éxito por la evocación empática hacia el malo bravucón que, a pesar de su dulce cara de adolescente, atemoriza por su temprana temeridad.

Breve estancia en la provincia

En octubre de 1966 se presentó en Almería el equipo de rodaje. A pesar de su corta estancia, una semana de trabajo en nuestra tierra, el séquito de la producción se hospedó en el céntrico hotel Costasol, fue un tiempo provechoso con profusión de rincones almerienses en el rodaje: las dunas de Cabo de Gata, el cortijo Joya Artica, paisajes de Níjar, ramblas de Tabernas y Gérgal compartieron escenarios naturales con los poblados del oeste del Fraile y Juan García.

El malogrado actor alemán Peter Lee Lawrence, que murió con tan solo 30 años de edad en 1974, fue perfecto en la caracterización del joven pistolero por su cara aniñada y dulce, que contrastaba con sus miradas desafiantes en pantalla. Estaba casado con la actriz española Cristina Galbó, famosa en los años 80 por participar en la serie de películas de los famosos músicos Hombre G, y obtuvo cierta fama en papeles otros papeles del género spaghetti western. Incluso apareció, sin acreditar, en un cameo bajo dirección de Sergio Leone, en la sobresaliente “La muerte tenía un precio”.

La película fue dirigida por Julio Buchs con la colaboración de un guionista que cobró reconocida fama mundial en el cine de terror, Lucio Fulci. Los compañeros de reparto de Peter Lee Lawrence fueron Fausto Tozzi, el sheriff perseguidor del rubio pistolero, Dyanik Zurakowska y Gloria Milland, en los papeles principales.

Bajo distribución y producción de Aitor Films, la película se estrenó en Sevilla en mayo de 1967, y no llegó a los cines almerienses hasta un año más tarde, con poco éxito y el único gancho, quizás, de pertenecer a la saga de cine del oeste en torno a la figura de Billy el niño, aunque en este caso con tintes de aquellas novelillas del oeste de las tardes de verano que nuestros padres consumían en un par de horas.