Pedro Sabiote fabrica motos y las pinta con espectaculares resultados. Y no lo hace en una fábrica, con complejas máquinas que ayudan y automatizan el proceso, sino que lo hace en su propia casa y con sus manos.
La historia de este joven almeriense, natural de Vera, comienza en el año 1998, cuando sólo tenía 15 años. Le gustaba la pintura, así que se inició en el mundo del graffitti. Cuando esto lo enlazó con su pasión por el motor, creó en sí mismo a un artista que ya ha participado en algunos de los más prestigiosos concursos internacionales.
Cuando cumplió los 17 años se compró con mucho esfuerzo un aerógrafo y cambió las paredes de su pueblo por las superficies de las motos. “Algunos amigos y conocidos me encargaban diseños para sus motos, yo se las pintaba, y las presentaba a concursos”, explica. Cuando en esos concursos resultaban premiados sus trabajos, invertía ese dinero para comprar piezas y hacer realidad sus propios diseños.
‘Pantera’: más que una moto
Como a los grandes artistas, un buen diseño le podía surgir en cualquier momento y lugar. “El primer boceto de la Montesa ‘Pantera’ lo plasmé sobre una servilleta de bar”.
‘Pantera’ es el nombre con el que se le conoce al que es, hasta ahora, su mejor trabajo. Una Montesa fabricada por él mismo durante tres años y más de mil horas. Además de la línea estética, construyó el depósito, el colín, todos los anclajes, mandó rediseñar el cigüeñal... “Tuve la fortuna de contactar con el mecánico de Ángel Nieto [piloto español ya retirado], le envié los bocetos de la moto, le llamó la atención y accedió a rediseñarme el cigüeñal”.
Con esta Montesa, ha participado en Estados Unidos, en el Campeonato de España y en varios campeonatos internacionales donde ha sido premiado.
“He recibido muchas ofertas por la ‘Pantera’, que ha sido la que más he mostrado, y me han ofrecido mucho dinero, pero por nada me desprendería de ella, significa demasiado para mí. Es una moto mía. Propia, con diseño personal. Forma parte de mí”.
Su trabajo
El trabajo de Pedro requiere un orden, tanto mental como físico, tiempo y, sobre todo, mucha imaginación: “Primero hago un diseño a mano, y cuando tengo las ideas claras, lo paso a ordenador para tomar medidas más exactas. Compro el material -basicamente barras de tubo huecas-, y las doblo, recorto y las sueldo según me convenga y hago que todo encaje”.
Sabiote restaura todo lo que tenga motor, tanto motos actuales como clásicas, coches nuevos o antiguos. Chapa, pintura, fibra, mecánica, electricidad... y tiene muy claro cuál es su objetivo: disponer de un local para realizar sus trabajos. “He tenido que rechazar muchos trabajos por falta de sitio”.
Sin embargo, aunque mantiene sus esperanzas intactas, es realista respecto a la difícil situación actual. “Los precios de alquiler de las naves son desorbitados. Un joven empresario que hoy quiera montar un negocio, con ganas de trabajar, de hacer cosas, no puede. Porque los gastos de material, alquiler y otros son más elevados que los que se puede ganar con el propio trabajo”.
Una moto por año
Pedro quiere continuar exponiendo sus trabajos por el mundo. Este año ya ha presentado en el campeonato internacional de Faro (Portugal), su segunda moto: la ‘Off Café’, que le ha ocupado menos de un año
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