Dicen que en la vida hay que hacer tres cosas: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Antonio Berbel Fernández (Albox, 1929) no ha cejado en su empeño de cumplir este último deseo y el sábado por fin presentará su primera publicación, ‘Estraperlo y emboscados. Herencia de una guerra’, a las 18 horas, en el Salón de Usos Múltiples de Almanzora, antiguo almacén de Renfe, en el término municipal de Cantoria.
Con este volumen, que él mismo se ha financiado, ve la luz un trabajo de años en el que este albojense ha entrevistado a más de un centenar de personas de toda España, en especial de las provincias de Almería y Granada. “Durante cuatro años y medio, he tenido que recurrir a una gran cantidad de gente de aquella generación, muchos de ellos hasta han muerto ya. Fueron testigos directos de esa difícil situación que provocó la Guerra Civil y que se prolongó de 1939 a 1955-56”, apunta en declaraciones a LA VOZ.
A lo largo de este proceso, Berbel se ha encontrado con casos rocambolescos como el de un estraperlista que se quemó las manos para aparentar que tenía sarna y que la Guardia Civil no se atreviera a registrar sus bultos. “Algunas personas no me han autorizado a poner sus nombres, ya que todavía se recuerda con mucho miedo todo lo que tuvo que ver con la guerra y la posguerra”, señala.
Durante la posguerra española, el comercio ilegal o mercado negro de los artículos intervenidos por el Estado o sujetos a racionamiento se desarrolló, sobre todo, a través del tren. De ahí que la ilustración que sirve de portada a ‘Estraperlo y emboscados. Herencia de una guerra’ haga referencia a este medio de transporte.
El autor también ha consultado la documentación proveniente de la Dirección General de la Guardia Civil de cara a analizar lo que ocurrió con los maquis o guerrilleros antifascistas que se ocultaron en los montes tras la victoria de Franco. “En Granada los llamaban rojos u hombres de la sierra, en Madrid maquis y en esta zona emboscados, pero todos venían del mismo sitio, eran los republicanos, los perdedores de la contienda nacional”, asegura.
Amante de la cultura
Aunque éste es su primer libro, Antonio Berbel colabora actividamente en publicaciones de la zona como ‘Guadalinfo’, ‘Piedra Yllora’, ‘El norte’ y ‘El labradorcico’. Su casa de Almanzora constituye asimismo un auténtico museo. “Tener un maestro como Juan Berbel me ha influido en todo. La gente me pregunta de dónde me viene la afición de recopilar cosas antiguas y de escribir y yo siempre digo que fue él quien me inculcó todo esto”, confiesa en alusión al maestro poeta sobre el que la Mancomunidad de Municipios del Almanzora publicará en breve la obra ‘Nieve en flor’. Y mientras lo dice muestra orgulloso la pluma con la aprendió a escribir de niño. Pero esa ya es otra historia.
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