Por sus pasillos han desfilado miles y miles de espectadores durante varias décadas. Iconos del cine como Eli Wallach, Claudia Cardinale, Raquel Welch o Ernest Borgnine han recibido en su escenario el homenaje del festival ‘Almería en Corto’. Y dicen, incluso, que alguna que otra presencia fantasmal juguetea de cuando en cuando por sus rincones. Pero lo que no es frecuente es que el Teatro Cervantes, el ‘Cinema Paradiso’ de Almería, sirva de escenario para un rodaje. Ayer, David Trueba (Madrid, 1969) y su equipo se instalaron allí durante todo el día para filmar varias escenas de ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’, cinta inspirada en el paso de John Lennon por la provincia en 1966.
En la ficción, que recrea algunos hechos que ocurrieron en la realidad, Antonio (Javier Cámara), un profesor de inglés que utiliza las canciones de los Beatles en sus clases, viaja hasta Almería para conocer a Lennon, que rodaba a las órdenes de Richard Lester ‘Cómo gané la guerra’. En su ruta recoge a dos jóvenes a la fuga: Belén (Natalia de Molina) y Juanjo (Francesc Colomer), quienes se unirán a su aventura. “En el fondo, la película habla de un país donde Manolo Escobar es la estrella al que llega alguien como John Lennon; de esa fisura generacional, estética y personal que España sufría en los sesenta, y que Almería sufría especialmente cuando venían rodajes de fuera, y de cómo iba cambiando la mentalidad de todos”, cuenta Trueba a LA VOZ.
La referencia a Manolo Escobar no es gratuita. El cartel de uno de sus grandes éxitos, ‘El padre Manolo’, junto a imágenes de ‘La chica con la maleta’, de Claudia Cardinale, cuelga en las paredes del cine en el que los tres protagonistas se cuelan para buscar a Richard Lester en la secuencia que se rodó ayer.
Trueba ha imaginado que el cineasta estadounidense visionaba en la sala el material filmado después de cada jornada, y allí se presenta el profesor que encarna Cámara para ver si, a través de alguien de su equipo, puede conocer a John Lennon.
Desde el ambigú
El ambigú del Teatro Cervantes es la base de operaciones de David Trueba. Junto a la productora ejecutiva, Cristina Huete, observa los planos frente al ‘combo’. El equipo es pequeño, no más de treinta personas, y el ambiente, familiar y acogedor, lo que ayuda a que los ‘recién llegados’ se sientan como en casa. Para Francesc Colomer, el niño de ‘Pan negro’, y Natalia de Molina es su segunda película. Ella nació en Linares y creció en Granada, pero también vivió un año en Almería, donde estudió en la Escuela de Arte. De hecho, su tía regenta en Aguadulce la pizzería Grade’s, que ayer invitó a todo el equipo durante el almuerzo.
La jornada también fue especial para Francisco Tortosa, vecino de Terque de 49 años, que encarna al acomodador que expulsa del cine a los protagonistas cuando descubre que se han colado. Era su debut en pantalla, y como él otros seis actores noveles de la provincia intervendrán en pequeños roles.
El cada vez más mediático ‘fantasma’ de la difunta actriz Conchita Robles también hizo acto de presencia. Nada sobrenatural pero su nombre ya se ha hecho inmortal en la claqueta junto al de David Trueba y al del director de fotografía, Daniel Vilar. Cosas del cine.
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