Relatos de la lucha contra el narcotráfico. Los inicios del Grupo de Estupefacientes de Almería, en un libro

La costa de Almería esconde una historia que nada tiene que ver con el turismo ni con su belleza como paisaje natural. Es su historia como puerta de entrada para el tráfico de hachís desde África para el resto de Europa. También es la historia de los hombres que lucharon por blindarla cuando no había más medios que la intuición, una confianza ciega en los compañeros y la entrega más absoluta al trabajo que hacían.

Un libro del Instituto de Estudios Almerienses (IEA) recoge las hazañas de los fundadores del Grupo de Estupefacientes del Cuerpo Nacional de Policía en Almería. Su autor, José Villanueva Zamora (Almería, 1947), fue uno de los integrantes de esta unidad que se creó en la década de los 80 del siglo pasado y que marcó un antes y un después en la lucha contra el narcotráfico.

Tal y como expresa en una entrevista a LA VOZ, el propósito de esta publicación titulada ‘Almería, costa del narcotráfico’ no es otro que plasmar los métodos de trabajo de aquellos años en los que no había teléfonos móviles, GPS o radares que facilitasen su labor. “Es un recorrido por el litoral almeriense desde Adra hasta Pulpí que incluye algunas de las operaciones más significativas que llevamos a cabo huyendo de las diligencias y rescatando anécdotas, de modo que constituye un relato ameno que puede leer todo el mundo”, indica.

En aquella época el tráfico de hachís presentaba unas características muy distintas a las de hoy. El transporte desde las costas de Marruecos hasta las de Almería se hacía en lancha rápida y al principio tenía como destino las playas más cercanas, las del Poniente. “Buscaban la línea recta para no gastar mucho combustible, pero conforme se lo fuimos poniendo difícil, emigraron hacia el Levante hasta que casi tuvimos que fijar nuestra base en San Juan de los Terreros”, dice.

El libro no presenta las operaciones siguiendo un orden cronológico, sino que respeta esa evolución en la llegada de los alijos del Poniente al Levante hasta prácticamente introducirse en Murcia, Alicante y Valencia. “Nosotros también llegamos a actuar en esa parte y luego ya sí que traspasamos las fronteras provinciales con una importante operación contra la camorra italiana y manteniendo un contacto permanente con las policías de países europeos como Italia, Holanda y Francia”, explica el autor.

‘Almería, costa del narcotráfico’, que cuenta con prólogo de la subdirectora de LA VOZ, Antonia Sánchez, habla entre líneas del sacrificio personal que tuvieron que hacer estos curtidos policías. De Nocheviejas en las que salieron corriendo a pesar de tener un plato en la mesa. De horarios intempestivos y jornadas laborales que se prolongaban varios días. “Las familias se habían acostumbrado y eso que a nosotros no nos obligaba nadie, lo hacíamos por vocación y responsabilidad. Queríamos demostrar que aquello funcionaba”, confiesa.

La acción se filtra en las páginas de este volumen como si de una película se tratara. No en vano, a José Villanueva no paran de decirle que existen ciertas similitudes entre su libro y ‘El niño’ de Daniel Monzón, largometraje que usa como base la vida de varios narcos que operaban entre las costas del norte de África y las de Cádiz en los 80. “Se narran situaciones de riesgo como cuando tuvimos que enterrarnos en la arena de Playa Macenas, en Mojácar, esperando la llegada de la mercancía y los que llevaban el envío estuvieron a punto de pisarnos”, reconoce.

El Grupo de Estupefacientes de Almería sigue en activo. La incorporación de las nuevas tecnologías no ha impedido que mantengan la filosofía de sus fundadores y hayan bebido de esa experiencia que ahora está al alcance de todos en un libro.

“Este libro es un logro colectivo”
“Tanto el Servicio de Vigilancia Aduanera como los propios compañeros del Grupo de Estupefacientes ven este libro como suyo y, de hecho, lo es”. El autor de ‘Almería, costa del narcotráfico’, José Villanueva Zamora, insiste en que este título que ahora publica el Instituto de Estudios Almerienses (IEA) es un logro tan colectivo como el éxito alcanzado por esta unidad desde sus inicios en los años 80.   Media docena de agentes integraron aquel colectivo original y 25 años después se siguen manteniendo unidos. “Una de las claves de nuestro éxito fue el hecho de que siempre primó el grupo, nunca la individualidad”.