Subasta de los rabicos como colofón

La tradicional subasta de los rabicos echa el cierra a una semana en la que el Centro Histórico homenajeó al patrón de los animales.

Alfredo Casas subastando unos dulces.
Alfredo Casas subastando unos dulces.
Luis F. Bonilla
22:07 • 18 ene. 2015

“¡Empezamos la subasta por cinco euros! ¿Aquella señora del fondo ofrece 10?”. El subastero, rabo (o rabico) de cerdo en mano, vocea para animar al público a vaciar sus bolsillos. El susodicho, el popular periodista Alfredo Casas, que ya lleva dos años al frente de la tradicional subasta, consigue ‘convencer’ a los asistentes como nadie.




Las fiestas en honor a San Antón llegaron ayer a su fin tras siete días de celebración en los que el Centro Histórico de la capital se engalanó como cada año para conmemorar la onomástica del patrón de los animales.




Misa y procesión
Pero antes del jolgorio y el griterío hubo tiempo para el recogimiento espiritual. Como es costumbre, a las 12 horas se celebró la misa en honor al santo en la parroquia de San Juan contando con la siempre llamativa colaboración del Coro Armonía. 




Tras esto, la fiesta salió por fin a la calle para regocijo de los vecinos de la zona más antigua de la ciudad. Una procesión por las calles del entorno de la Plaza de Pavía que la ligera llovizna no logró empañar y llevó a devotos y curiosos hasta la puerta de la ermita donde se celebraría la subasta.




La imagen de San Antón, engalanada, y con un rosco colgando del brazo presidía el escenario desde donde se realizaría la tradicional venta. 




 




Los rabicos La subasta de los rabicos debe su nombre a los rabos de cerdo que, tradicionalmente, han sido el objeto principal en esta ceremonia. Esta pieza porcina, aunque se sigue conservando, ha dejado paso a otro tipo de productos que llaman la atención del gran público.




Alrededor de un centenar de almerienses soportaron un cielo que amenazaba con lluvia para pujar y aportar su grano de arena en la causa benéfica que hay siempre detrás de esta original colecta.


Roscas de pan, bizcochos, deliciosos canutillos dulces elaborados a mano y otros artículos de repostería donados y fabricados por vecinos y parroquianos de la Ermita de San Antón sirvieron para animar una subasta en la que el buen humor estuvo a la orden del día gracias a las bromas y el saber hacer de Alfredo Casas, que ya cumple su segundo año en este desempeño. 


“Después del buen resultado que tuvimos el año pasado, he repetido la experiencia encantado”, comentaba el director del programa ‘Hoy por Hoy’ de Cadena SER Almería. 


La recaudación de las decenas de artículos que vendieron en el mediodía de ayer tienen un fin muy específico: la restauración de la ermita de San Antón. Este edificio histórico, con más de 100 años en sus piedras, sigue tratando de recuperar su lustre tras varias remodelaciones. Concretamente, el aspecto que ahora preocupa al párroco Tomás Cano, son unas humedades que atacan las paredes del templo.


Como fin de la subasta se ofrecieron dos estupendas cestas de productos alimenticios. El plato principal que se sorteó mediante una rifa para la que se vendieron los 500 boletos que se habían puesto a la venta hace unas semanas.


Bendición de animales
Otra de las tradiciones que se cumplen a rajatabla en este día es la de la bendición de las mascotas. El ya mencionado padre Cano, vicario general de la diócesis de Almería, es el encargado desde hace tres años de repartir estas bendiciones con agua sobre las mascotas que decenas de  fieles llevan como uno de los rituales más llamativos de estas fiestas.


De esta manera se da el fin de fiesta a una de las celebraciones con más arraigo en la capital. Una semana de, por un lado, honores al santo que da nombre a la ermita y, por otro, de festejos que han alegrado las calles de algunas de las zonas con más historia de la ciudad de Almería. 



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