Tras publicar una decena de novelas, cuentos e incluso guiones cinematográficos que le han valido numerosos galardones, Belén Gopegui, considerada como la mejor escritora de su generación según Francisco Umbral, cuenta a LA VOZ los detalles de su última obra.
Periodista frente a escritora. Difícil saber quién entrevista a quién. Al fin y al cabo, los dos necesitamos de las vivencias ajenas. ¿Cómo plasmas la realidad social en tus novelas?
Tengo la impresión de que muchas de las cuestiones que antes estaban enmascaradas han ido viendo la luz en la medida que ha ido avanzando la crisis. Entiendo que la política no está separada de la realidad, que una relación amorosa puede estar atravesada por la política porque las personas piensan, interactúan, vivimos en común. Mi literatura siempre trata de mirar el presente.
¿Hablamos de novela política entonces?
Sí, sí. O depende de cómo se entienda esa expresión. Por ejemplo, en El comité de la noche me hago eco de una noticia que apareció sobre una empresa que proponía que se complementara el subsidio de los parados con 70 euros a cambio de que vendieran su sangre.
Ya hemos entrado en materia...
A partir de ahí cuento la historia de un grupo que se organiza en Madrid y Bratislava para evitar que esto llegue a ser verdad. Hablo de cómo se organizan y de cómo las personas que están en ese grupo se aman, entrelazan relaciones de amistad, se sienten a veces solas. En definitiva, de la vida. Si lo piensas, todo ello al final tiene que ver con la política, y en este caso hablamos del derecho a la salud.
Tienes una prolífica carrera, que iniciaste en el año 93 con La escala de los mapas. En qué momento decide Belén que tiene una historia que compartir.
Paso algún tiempo conviviendo con la historia, poniendo personajes sobre el tablero, sin escribir nada. Sólo pensando y viviendo con ella. Y luego hay un buen día que llega una frase que dices ¡por aquí empiezo!.
Preocupada por el presente, ¿cómo te gustaría que fuera el contexto de tus personajes en una futura novela?
Sinceramente, no lo sé. En esta novela cuento, por ejemplo, lo que pasa en el 2018, año en el que esta capacidad de luchar cada vez es mayor. Eso sí que me gustaría que fuera así.
Pocos piropos sientan tan bien como que Paco Umbral te declare la mejor escritora...
Cuando me levanté y lo vi en el periódico me quedé absolutamente encantada. Es algo que ni me creo ni me dejo de creer, pero te da mucha fuerza. Decidan ustedes.
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