Donde las inquietudes confluyen. Historia de la familia de la editorial Confluencias

Retrato de los Fornieles Ten: un padre y dos hijos a los que la vida ha convertido en editores

Los tres fundadores de Confluencias, junto al Hotel Catedral, donde están sus raíces.
Los tres fundadores de Confluencias, junto al Hotel Catedral, donde están sus raíces.
Marta Rodríguez
13:02 • 03 sept. 2015

Sus raíces se hunden en la Almería más castiza. Nacen en Dalías, se extienden hasta el casco antiguo de la capital y, de ahí, una de sus ramas crece hasta brotar en distintas partes del mundo para volver, de nuevo, a la tierra madre ya enriquecida con otras lluvias caídas, eso sí, del mismo cielo. Esta metáfora resume la peripecia vital de José Jesús Fornieles Alférez (Almería, 1929), fundador de Confluencias -editorial con sede en Aguadulce- junto a sus hijos Alfonso (Madrid, 1968) y Javier Fornieles Ten (Madrid, 1969).




De raíces dalienses, Fornieles Alférez es hijo de Jesús Fornieles Cara, cabeza visible de la familia que siempre vivió en lo que hoy es el Hotel Catedral y dueño de una tienda de telas en la calle Real llamada Tejidos Fornieles.




José Jesús huyó a Madrid para estudiar Derecho y luego pasó varios años en Guinea, África. Su primer destino como militar fue la capital de España, donde nacieron sus cuatro hijos mayores de los siete varones que tuvo con María José Ten Molina. 




Ya retirado, en 2009 se alió con dos de sus hijos -ambos profesores de Secundaria- para cumplir el sueño de los tres: llevar a las librerías esos libros que amaban y que nunca encontraban, o que encontraban bajo un aspecto que no les hacía justicia. 




“Confluencias apareció suavemente en nuestras vidas. Tenía que pasar, y pasó. Porque en la editorial se reúnen, confluyen, todas nuestras inquietudes: nuestra pasión por la divulgación del conocimiento; nuestra confianza en la educación a pesar del lamentable estado en la que se encuentra en España;  nuestra relación con el mundo de la pintura y las bellas artes; nuestro gen nómada, viajero y el placer de relacionarnos y difundir otras lenguas (nuestros primeros libros se publicaron en cinco lenguas)  y nuestro compromiso con ciertos valores innegociables como la libertad o la democracia”, reflexiona Alfonso Fornieles Ten.




A lo que su hermano Javier añade: “Somos elegantemente beligerantes frente a los abusos de poder y frente cualquier rasgo totalitario. Todo ello está siempre presente en nuestro discurso editorial”.




Seis años
Seis años después de la puesta en marcha del sello, el balance está lleno de luces aunque también tiene alguna sombra. A la aventura apasionante que constituye dirigir una editorial (genera empleo y contribuye a que la industria del papel siga viva), se suman otros alicientes. “Compartir nuestras inquietudes con personas a las que no conoces es una buena manera de estar en el mundo”, expresa José Jesús.




“Además, contamos con la confianza y las sugerencias de sabios de este país como Francisco Rico o José Jiménez Lozano, lo que implica una responsabilidad, un rigor y una excelencia”, apostilla Alfonso.


Si bien la crítica ha acogido con los brazos abiertos las publicaciones de Confluencias, sus editores lamentan el hecho de que cada vez haya menos lectores en España. “La banalización de la cultura, la telebasura en dosis adecuadas y en toneladas a toda hora, el estancamiento de los planes educativos, la dirección de instituciones y centros educativos por personas a las que no le interesa lo más mínimo ni la educación ni la cultura, toda esa mediocridad altanera, ha hecho estragos. Los lectores de Confluencias están en América”, asegura Javier.


Con el talento, la creatividad y la lucidez como únicos criterios, el catálogo de este sello que publica desde Almería para el resto del mundo ha evolucionado del pensamiento y los viajes a todo tipo de géneros en los que tienen cabida de Roberto Benigni a Proust. De Gerald Brenan a Lezama Lima.


Joyas que son imprescindibles
El catálogo de la editorial Confluencias está lleno de joyas imprescindibles. Una es ‘Yo soy Charlie. Los dibujantes hablan’ que recoge las entrevistas que la periodista Numa Sadoul realizó a algunos de los caricaturistas más mordaces de Francia, tres de ellos asesinados en la masacre de la revista satírica.  


Otro título clave es ‘La lista negra’ que cuenta cómo, tras la invasión nazi de Francia en 1940, una organización envió al periodista Varian Fry para auxiliar a intelectuales como Hanna Arendt o André Breton, en riesgo de ser arrestados por la Gestapo.


Son sólo dos de las publicaciones de esta editorial familiar que se define como “independiente, libre y cosmopolita” y que desea que no caigan en el olvido “personas y obras que mucho tienen que enseñarnos”. 


¿Y el libro electrónico?  “Un gran avance, pero como los amantes que se encuentran a través de la red, lo digital no puede tocar aquello que ama”. 



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