Radiografía de la escuela rural de la Almería de los años 40

El investigador Óscar Rodríguez Barreira da a conocer hoy ‘Pupitres vacíos’, publicado por el Instituto de Estudios Almerienses

Las colegialas Natalia y María del Carmen Martínez Ros.
Las colegialas Natalia y María del Carmen Martínez Ros.
Marta Rodríguez
22:32 • 09 nov. 2015

‘Pupitres vacíos’, título del último libro de Óscar Rodríguez Barreira, es una metáfora de cómo se encontraban las aulas en la Almería rural de la posguerra. Una metáfora que habla de niños que se tenían que echar al campo a trabajar sin apenas saber leer ni escribir, de altos índices de analfabetismo, de escuelas olvidadas y de maestros obligados a ejercer su labor en las peores condiciones. 




“En la cultura campesina los hijos eran incorporados rápidamente al mundo laboral para trabajar bien como pastores o en tareas de recolección. Su paso por la escuela era, por tanto, efímero”, apunta el investigador en una entrevista a LA VOZ.




Se trata de uno de los aspectos que aborda en este título publicado por el Instituto de Estudios Almerienses (IEA) que se presenta hoy martes 10 de noviembre, a las 19.30 horas, en la Universidad a Distancia (UNED). Durante el acto, el autor estará acompañado por el catedrático de Historia de la Universidad de Almería (UAL) Andrés Sánchez Picón y el jefe del Departamento de Historia del IEA, Carlos Villoria.




Óscar Rodríguez Barreira ha situado el foco de su estudio en el ámbito rural porque “mientras en la capital se tenía un mínimo de infraestructuras, en el campo, en especial en esas localidades que tenían muchos anejos, había problemas de comunicación y mantener una escuela y un maestro era hartamente complicado, de modo que los alumnos estaban desamparados”. 




Además, fue precisamente en ese primer franquismo donde se acumuló “una mayor carencia a nivel escolar”.  Según explica, es a partir de los 60 cuando se empieza a recuperar el nivel de los años 30 en infraestructuras y en número de maestros. “Los primeros 20 años de la dictadura son de una pobreza a nivel de escuela y de maestros brutal, a la dictadura no le interesó este ámbito. De hecho, entre 1939 y 1945 el Estado no invierte ni un solo céntimo en ninguna construcción escolar”, subraya.




“Retroceso abrumador”
A juicio de este investigador afincado en Almería desde el 96, la etapa inicial del franquismo supuso “un retroceso abrumador” en materia educativa con respecto a la Segunda República e incluso con respecto a la Restauración. “El franquismo apuesta por una educación clasista, de manera que lo que se llama el ‘ascensor social’, la posibilidad de que el hijo del campesino o del obrero acabe siendo maestro o abogado, apenas existe. Condena a los hijos de las capas de las clases medias-bajas a continuar el oficio de sus padres y no prosperar”, expresa.




En Almería, en palabras de este especialista en fascismos europeos, “el problema educativo es secular”. “En la Restauración y en la Segunda República, los índices de analfabetismo y de escuelas per cápita eran de los más bajos de todo el Estado. Durante el franquismo, lo único que hace es perpetuarse o crecer. Esto empieza a variar en los años 60, pero incluso entonces los datos de analfabetos, en especial en el caso de las mujeres, son muy graves”, argumenta.




Vacío documental
De carácter divulgativo, ‘Pupitres vacíos, la escuela rural de postguerra. Almería 1939-1953’ -es el título completo- cubre un vacío documental y aporta material inédito. El fondo del Archivo Provincial y el del Museo de Terque han sido las fuentes principales de análisis.


La obra no se olvida tampoco de los maestros de las escuelas rurales, que vivían en una situación de “bastante miseria”. “Muchos eran jóvenes que provenían de capas medias de la capital y tenían que hacer méritos para conseguir destinos de mayor entidad. Para ellos resultaba un ‘shock’: igual tardaban cinco horas en llegar por carreteras pésimas y el alcalde de turno no cuidaba ni la escuela ni la casa-habitación en la que tenían que vivir o no pagaba sus honorarios”, señala Óscar Rodríguez Barreira.


Por si fuera poco, algunos docentes se vieron afectados por las depuraciones que, si bien afectaron a un bajo porcentaje de la profesión en Almería, fueron muy duras.


Apuntes de una trayectoria
Nacido en Ponferrada en 1975, Óscar Rodríguez Barreira llegó a Almería en 1996. Es doctor en Historia Contemporánea y especialista en el franquismo y los fascismos europeos. Entre sus publicaciones destacan ‘Migas con miedo’ (2008) y ‘Miserias del poder’ (2013). En la actualidad, trabaja como investigador postdoctoral en la Universidad de Almería.



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